´Se está gestando un nuevo orden´, Enric Juliana

Cuaderno de situación. Ha pasado un mes de la huelga del 29 de septiembre y apenas queda rastro de ella. La huella es tenue y toda concesión del Gobierno a los sindicatos - olvidarse temporalmente de la jubilación a los 67 años, por ejemplo-tendrá como único propósito parchear el actual desastre socialista en las encuestas. Al pueblo de izquierdas,por decirlo a la francesa manera, el alma se le ha caído a los pies. Igual que al replicante Roy Batty en la película Blade Runner,el instinto le dice que su tiempo se acaba. La izquierda, tal como la hemos entendido hasta ahora, ha entrado en fase de liquidación. Se muere. La fantasía revolucionaria hace años que dejó de tener sentido en un mundo basado en la aceleración constante y la socialdemocracia ya no dispone de recursos para seguir ofertando más seguridad desde la cuna hasta la tumba. ("He visto cosas que vosotros no creeríais: he visto a millones de obreros chinos trabajando doce horas al día cerca de Shanghai por menos de una décima parte de vuestro salario; he visto a miles de brasileños ascender desde la pobreza al primer escalón de la clase media; he conocido a los mejores ingenieros en las puertas de Bombay; he visto lo que decía el viejo himno: ´El mundo va a cambiar de base...´; es hora de retroceder", podría exclamar Batty en su último estallido de lucidez.)

La izquierda conseguidora se muere y las futuras luchas políticas serán protagonizadas por un difuso reformismo que intentará preservar aspectos básicos del Estado social a cambio de más años de trabajo, menos salario, menos visitas al ambulatorio, más tasas universitarias, menos funcionarios y mucho más riesgo personal, frente a un autoritarismo de nuevo tipo (llamarle extrema derecha no sería del todo exacto), que tendrá a su alcance la condensación sentimental de todos los malestares habidos y por haber. Vienen años muy confusos.

¿Alguien tiene noticia de algún país en crisis que haya logrado retroceder tranquilamente? Un nuevo orden se irá gestando en el interior del caos. Ya está sucediendo. Por ello se refuerza el Directorio Europeo (esta semana Alemania y Francia han esbozado en Bruselas nuevas exigencias a los endeudados países del sur). Y por ello, todo el arco mediterráneo se halla en depresión. Portugal, recreando en el presupuesto del 2011 las penurias del último salazarismo. Italia, buscando cómo garantizar la impunidad judicial al condottiero Berlusconi - sexualmente desatado-,para que abandone pronto el poder sin causar mayores estragos. Grecia, en las tinieblas del orfanato. Y España, perpleja, desorientada y temerosa ante el súbito salto atrás, pero con el vigor acumulado durante veinte años de prosperidad. España, que sólo se halla en la fase uno de la melancolía, dará el poder a quien le oferte seguridad con credibilidad y cierta simpatía. (Y tenga la habilidad de maquillar toda sensación de abrupto regreso al pasado.) Con la encuesta que hoy publica La Vanguardia es posible imaginar un resultado algo más ajustado en las lejanas elecciones generales.

Cuaderno de situación. En una sola semana, Alfredo Pérez Rubalcaba ha difuminado todavía más la pálida figura de Zapatero. Agrandado por la derecha dura - que le teme-,el vicepresidente ocupa hoy el centro de la escena. Y en sus manos está la baza más codiciada: el final de ETA en la mente de los españoles. No estamos en vísperas de un nuevo y melifluo proceso de paz. El PSOE amaga con ello y el macizo de la raza, como siempre, entra al trapo, revalorizando con su angustia la tremenda eficacia de las acciones policiales. Así es cómo ETA acelera su muerte en el imaginario social y el ministro del Interior se aproxima a la codiciada figura de El Pacificador.Así es como el tramo final de la legislatura se va trenzando como un juego de acuerdos y compromisos entre socialistas madrileños y nacionalistas vascos. Vuelven los rasgos masculinos de la política, sí, y también el PSOE mejor relacionado con el establishment capitalino; ecos del clan de Chamartín con acceso al palco del Bernabeu. El abrazo de Vergara no será con ETA. Está siendo con las élites vascas. Ese es el verdadero cometido de Ramón Jáuregui. Ex consejero de Industria en Vitoria, Jáuregui es en realidad el ministro para el País Vasco (y para la Iglesia católica, a la que conoce bien). La facción más inteligente del Partido Popular se  ha dado cuenta y así se explica la cautela con la que se están moviendo Mariano Rajoy y el joven Antonio Basagoiti. Preste atención el lector: el PP no lleva al Tribunal Constitucional ni una sola de las concesiones del PSOE al PNV. La derecha española sólo impugna asuntos catalanes.

Se está gestando un nuevo orden y, como siempre que tal cosa ocurre, ideas valores y signos que parecían haber quedado atrás regresan con nuevos significados. En la España perpleja y confusa, los viejos dirigentes comunistas mueren enviando señales de grandísima dignidad. Y el Papa de Roma está a punto de entrar por la puerta grande en Barcelona: "En nom del Pare, del Fill i de l´Esperit Sant...".

31-X-10, Enric Juliana, lavanguardia