“Seamos ingenuos“, Pau Garcia-Milą

Es sorprendente la cantidad de veces que hay que oír esa frase maldita: "Ya está todo inventado". La sociedad la lleva repitiendo desde que en 1899 Charles H. Duell, responsable de la comisión de patentes de EE. UU., dijo que todo lo que se podía inventar ya estaba inventado. Igual que hoy cualquiera se ríe de lo que dijo ese hombre hace más de cien años (en un mundo sin móviles, aviones, Ibuprofeno o Facebook, entre otras cosas menos importantes), dentro de cien años todos se reirán de cómo se formaban desde pequeñas las personas en este país, hoy en día, alrededor de la idea "estudia para trabajar, trabaja para ganar dinero, gana dinero pensando en cuándo pararás de trabajar, quéjate de la edad de jubilación y envejece jugando al dominó y... quejándote más". Para avanzar, claramente hay que cambiar esa idea.

Lo único que diferencia la persona que está dispuesta a cambiar las cosas de la persona que está predispuesta a que otros las cambien es la actitud. Y la actitud que tenemos cuando somos adultos se creó siendo niños, con lo que nos transmitieron nuestros padres y maestros. Si se transmite optimismo y ganas de superar los problemas, se crea una generación de personas que, en vez de esperar que las crisis se acaben, acabarán con las crisis. Y verán que esperar que lo hagan otros (como los políticos) es un error, y a veces hasta una tontería.

Hace cinco años, un grupo de amigos nos propusimos inventar algo en lo que creíamos, que permitiera trabajar desde cualquier lugar del mundo con toda nuestra información, siempre bajo el mismo entorno y usando cualquier ordenador. Lo llamamos EyeOS y dijimos que era el sistema operativo Web. Cuando vimos que grandes empresas empezaban a hacer lo mismo, lejos de arrugarnos nos alegramos de que entraran en este mercado: al menos así dejaríamos de oír tanto el "dedicaos a otra cosa, que no se puede cambiar el mundo desde aquí, esto no es Silicon Valley".

Curiosamente, durante todo este tiempo lo que más cerca ha estado de tumbar el proyecto no ha sido la falta de dinero (que ha existido), ni el miedo a fracasar; han sido los intentos de robarnos la ingenuidad que nos permitió creer que podíamos hacerlo. Cambiemos las cosas. Seamos ingenuos. Ya lo decía Rafa Pons en esa canción: "Voy a dejar de salir, porque prefiero entrar". Sólo creyendo que se puede cambiar el mundo lo podremos hacer.

Y si no va bien, siempre podremos quejarnos del Gobierno jugando al dominó.

 

31-X-10, Pau Garcia-Milà, Fundador de EyeOS y ganador del premio al joven emprendedor de la Fundació Príncep de Girona 2010, lavanguardia