´¿Washington o París?´, Germà Bel

Llevo semanas con la idea de comentar las ideas que Roubini y Mihm ofrecen en Cómo salimos de esta (Destino) para salir de la crisis, pero hay que admitir que nosotros tenemos nuestra particular idea sobre las reformas prioritarias. Vean la reiteración con que el PP postula la "racionalización del sistema autonómico" y el "reforzamiento de la unidad de mercado". La discusión castiza sobre la salida de la crisis anda a su aire, inmune a los grandes debates internacionales.

Claro que procede afrontar estas cuestiones sin prejuicios. En este sentido, seguramente sea sensato flexibilizar el Estado autonómico y eliminar tanta duplicidad de ventanillas. Y puestos a hacerlo bien, ¿por qué no seguir a aquellos que tienen burocracias más flexibles, con menos grasa? En este sentido, es ejemplar la organización de EE. UU., donde las únicas ventanillas federales (centrales) abiertas fuera de Washington DC son las delegaciones del FBI, y las de Inmigración en los puntos de entrada al país. Por supuesto, como corresponde a una burocracia ligera, la administración federal no ejecuta políticas -por ejemplo- en el ámbito de infraestructuras, sino que las acuerda con los gobiernos territoriales y las cofinancia. Todo un ejemplo encomiable de liviandad burocrática y unidad de ventanilla.

Por otra parte, ¿cómo oponerse a un objetivo tan loable como el reforzamiento de la unidad de mercado? De hecho, esta es una de las grandes preocupaciones de la Comisión Europea. Ah, pero ¿habían creído que la idea de mercado español es hoy algo diferente auna construcción ideológica nacionalista? ¡Si en Europa el mercado interior es la UE! Desde luego, mucho hay que hacer en esta línea. En España se sigue una política de campeones nacionales, que - por ejemplo-ha convertido las concesiones de contratos públicos en coto cerrado para las grandes empresas constructoras españolas, verdadero músculo financiero del capitalismo español.

Otro ejemplo, ¿por qué no abrir nuestros aeropuertos a la competencia dentro del mercado único europeo, quebrado en España? De este tipo son nuestros grandes problemas de unidad de mercado, y por eso es tan difícil oír ejemplos concretos de mercados rotos dentro de España. A no ser que se aluda a lo molesto que es hacer facturas en lengua diferente al castellano... claro que de molesto a ruptura de unidad de mercado es exagerar un poco, me parece a mí.

Puestos a simplificar ventanillas e integrar mercados, aprendamos de los que lo han hecho mejor; miremos a Washington. Aunque algo en el ambiente sugiere que, en realidad, se está mirando más a París. Porque tras la retórica hueca que preside estos debates en España, lo que en realidad subyace es el deseo de recuperar el control total desde el centro del poder económico y político español, que se vive ya a sí mismo como el París local, que necesita de la política para conseguir aquello que su propia dimensión y potencia no le garantizan. O sea, ¿Washington o París?

5-XI-10, Germà Bel, lavanguardia