temible pero saludable transparencia de wikileaks

La publicación de documentos diplomáticos por Wikileaks seguirá hasta bien entrado el 2011, con nuevos paquetes de telegramas que saldrán a la luz en los próximos días, según adelantó el portavoz de la página web Kristinn Hrafnsson a The Wall Street Journal. Wikileaks filtró ayer 220 de los 250.000 mensajes de diplomáticos estadounidenses a los que ha tenido acceso.

El cuerpo diplomático estadounidense aparece como competente y agudo en sus análisis. No hay rastro de guerras sucias ni tramas golpistas en los documentos revelados hasta ahora. Y en Oriente Medio, ante países como Irán, Washington destaca por la prudencia ante el ardor guerrero de los países árabes.

Julian Assange, el hombre de moda, se levanta de la silla y abandona el plató de la CNN. Está indignado. Regresa a los pocos días, esta vez para conversar con Larry King, el veterano icono de la cadena.

- No se puede poner en la misma balanza una cosa y la otra.

Así explica el jefe de Wikileaks, la web que ha dejado al aire y sin censuras las vergüenzas estadounidenses, su desaire televisivo en directo. Ocurrió hace un mes escaso, cuando desveló más de 400.000 documentos sobre la guerra de Irak, después de que en julio hiciera lo propio con el otro conflicto, el de Afganistán. "No es correcto situar una cosa de los tabloides, un hecho falso, sensacionalista (en Suecia le investigan por dos presuntas violaciones), algo relativamente trivial, con los 109.000 muertos en el frente iraquí", subraya.



En cualquiera de sus declaraciones, Assange se presenta como el último ariete del reporterismo comprometido, en el que las cuestiones sobre su intimidad no son más que dardos contra la verdad. A los grandes medios de comunicación los califica de desastre por estar entregados a los intereses económicos. Sin embargo, su tarea perdería relevancia sin esos medios que en cada ocasión ha elegido para la difusión de sus hallazgos en las cloacas del poder. Su colaboración resulta inestimable no sólo para que esos secretos salgan a la luz, sino para ordenarlos e interpretarlos.

Pese a esa subrogación informativa, los que acusan al profeta de la transpariencia de opacidad personal no se merecen más que su desprecio. Da igual que sea The New York Times,la bíblia del periodismo para muchos. Esta cabecera dio ayer una amplia cobertura de la tercera entrega, la que deja al descubierto a la diplomacia de EE. UU. Apareció con una nota "a los lectores" de Bill Keller, editor ejecutivo. Entre otras cuestiones, Keller remarcó que esta vez recibieron los "cables" de una fuente que pedía el anonimato. Más tarde, el británico The Guardian reconoció que ellos les facilitaron los papeles.

¿Qué ha pasado en estos cuatro meses, en los que la cabecera neoyorquina ha pasado de ser la preferida a la descartada? Una posible respuesta la recogió el diario Político.Ahí se citó que Julian Assange "no es un fan" del perfil que John Burns le dedicó. Justo al día siguiente de que el Times realizara un despliegue espectacular sobre las filtraciones de Irak, Burns describió a Assange como un dictador que ha abandonado a varios colegas por el camino y que esconde quién está detrás de su proyecto o su financiación. Pero esto le valió al autor del artículo que en la red emergieran varias opiniones en las que le recordaban su pasado "belicista".

Todo esto no quita para que el editor Keller vea motivos de peso para publicar lo último de Assange. "La razón más importante es que estos documentos cuentan la historia sin barniz de cómo el Gobierno toma sus grandes decisiones, las más costosas en vidas y dinero para el país".

Un gran banco de Estados Unidos será la próxima víctima de las filtraciones del portal Wikileaks, según declaraciones realizadas por su director, Julian Assange, que planea arremeter contra esa entidad a comienzos del próximo año. Así lo advierte en una extensa entrevista difundida ayer por la revista Forbes que Assange le concedió el pasado 11 de noviembre, antes de que se produjera la filtración de más de 250.000 documentos que el pasado domingo hizo temblar a la diplomacia estadounidense. "Tenemos una megafiltración relacionada con un banco. No es de la dimensión del material de Iraq, pero se trata de decenas o de cientos de miles de documentos", advierte el australiano.

30-XI-10, F. Peirón, lavanguardia