una silla vacía para el Nobel de la Paz

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al igual que cuando se anunció la designación del Nobel de la Paz, las páginas web de las televisiones BBC, CNN y la noruega NRK eran ayer inaccesibles en China.

La ausencia de Liu Xiaobo, el galardonado de este año, marcará la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz, que se celebrará este mediodía en Oslo en medio de previsibles protestas callejeras. Tanto el Instituto Nobel como la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) acusaron ayer a la embajada china no sólo de haber organizado contramanifestaciones para hoy sino incluso de haber presionado a algunos de sus ciudadanos residentes en Oslo para que participaran en ellas, según informa AFP. De producirse, estas protestas se rozarán con las movilizaciones de apoyo a Xiaobo que han sido programadas para hoy y entre las que destaca procesión de antorchas que recorrerá el centro histórico.


Liu Xia & Liu Xiaobo

Xiaobo, que en 1989 tomó parte en las protestas de Tiananmen y hace dos años participó en el lanzamiento del manifiesto prodemocrático Carta 08,está cumpliendo una condena a once años de cárcel, motivo por el que no ha podido viajar a Oslo a recoger el galardón. Su elección como premio Nobel de la Paz ha enfurecido a China, cuyas presiones y amenazas han logrado que alrededor de una veintena de países boicoteen la ceremonia. Entre ellos, Rusia, Cuba, Irán, Arabia Saudí, Venezuela, Marruecos o Filipinas.

Aun con todo, el secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, restó ayer importancia al asunto, ya que "lo más importante es que dos tercios de los países que tienen embajada en Oslo vendrán". Jagland también recalcó que el premio no va "contra China" sino que, por el contrario, trata "de honrar a la gente" de este país. Dicho esto, insistió en que ha llegado la hora de que, junto al desarrollo económico, el gigante asiático empiece a avanzar en el ámbito de las reformas democráticas. El carácter de "gran potencia mundial" alcanzado en las últimas décadas conlleva también "una mayor responsabilidad", recordó el académico, destacando que todos los países deberían estar "muy preocupados por el futuro de China, cuyo destino será en buena medida el destino del mundo".

En cuanto a las repercusiones negativas que la elección de Xiaobo está teniendo en las relaciones bilaterales con Noruega, Jagland se mostró confiado en que las presiones cesarán una vez haya pasado la ceremonia, ya que no hay que olvidar que las autoridades chinas son "muy pragmáticas". En todo caso, el Comité Nobel considera que será el país asiático el que difícilmente podrá mantener la condena contra Liua causa del "fuerte" impulso que su causa ha adquirido en todo el mundo a lo largo de los últimos meses. Jagland dijo no tener ninguna duda de que el Nobel de la Paz de este año acabará ayudando a China a avanzar en la cuestión de los derechos humanos.

Sin embargo, China no sólo no ha mostrado ninguna señal de querer dar su brazo a torcer, sino que en todo momento se ha mostrado extremadamente beligerante, tal y como demuestra el hecho de que en la ceremonia no estén presentes ni la mujer de Liu ni ninguno de los 140 activistas que le apoyan. La silla vacía de Xiaobo es "el símbolo más fuerte de hasta qué punto era apropiado darle el premio", dijo Jagland.

10-XII-10, G. Moreno, lavanguardia

Persistencia china hasta el final. El gigante asiático prosiguió ayer impasible sus críticas contra aquellos que apoyan la concesión del Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, prevista para hoy. Pekín tildó de arrogante la actitud de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que rindió homenaje al activista encarcelado. Le salió el tiro por la culata, sin embargo, con el galardonado con su premio alternativo, ya que el ex vicepresidente de Taiwan rechazó la designación.

Las autoridades chinas, a través de la portavoz de Asuntos Exteriores, Jiang Yu, volvieron a mostrar su indignación contra toda muestra de apoyo a Liu Xiaobo. Calificó de "arrogante" e "irracional" la aprobación de una resolución rindiendo homenaje a Liu de la Cámara de Representantes de EE. UU. el pasado miércoles.

La resolución fue adoptada por 401 votos a favor y uno en contra. En este texto, los legisladores estadounidenses "felicitan" a Liu y "rinden homenaje" a su combate en favor de "reformas democráticas en China, así como la valentía con la que se ha enfrentado a su detención".

China reaccionó con indignación a esta declaración. Jiang instó a la Cámara de Representantes "a modificar su actitud arrogante e irracional y a mostrar el respeto deseado por el pueblo chino y la soberanía judicial de China".

La portavoz de Exteriores chino aprovechó, asimismo, la oportunidad para reiterar sus críticas al Comité Nobel. "Estas personas deben admitir que son minoritarias", dijo en rueda de prensa. "El pueblo chino y la aplastante mayoría de la gente en el mundo están en contra de lo que hace el Comité Nobel" y precisó que "toda tentativa de presionar a China está destinada al fracaso".

Pekín ha logrado finalmente que veinte países - China incluida-boicoteen hoy la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz. Es el fruto de la actividad desplegada en las últimas semanas por las autoridades chinas, que han multiplicado las presiones a los países para desistan en su propósito de estar presentes en Oslo. La mayoría de los que no asistirán tienen fuertes vínculos económicos con el gigante asiático.

Frente a estas ausencias, han confimado su presencia cuarenta y cuatro países. Todos los de la Unión Europea, EE. UU., Brasil. Corea del Sur, India y Japón, entre otros. Jiang también deslizóun comentario sobre ellos: "Esperemos que puedan diferenciar el bien del mal", dijo. "No es una cuestión de derechos humanos, sino de interferencia en los asuntos internos de un país", añadió.

Por otra parte, a primera hora de la tarde de ayer tuvo lugar en un céntrico hotel de Pekín el extraño acto de entrega de la primera edición del premio Confucio de la Paz, la alternativa al Nobel de la Paz, impulsado por un grupo desconocido, que afirma su independencia, pero que al mismo tiempo reconoce su coordinación con el ministerio de Cultura.

El acto se desarrolló sin público, ni galardonado. El presidente honorario del Partido Nacionalista de Taiwan, Kuomintang, y ex vicepresidente de la isla, Lien Chan, nominado para este premio, dijo desde Taipei que no tennía ninguna intención de recibirlo y que no se enteró de su concesión hasta ayer mismo.

Así pues, la supuesta ceremonia de entrega del primer premio Confucio de la Paz se convirtió en una multitudinaria rueda de prensa, con la única salvedad de que el premio de 15.000 dólares (11.300 euros) se entregó en metálico a una niña, que recibió un enorme fajo de billetes de cien yuanes atados con un lazo rojo.

Y al igual que cuando se anunció la designación del Nobel de la Paz, las páginas web de las televisiones BBC, CNN y la noruega NRK eran ayer inaccesibles.

10-XII-10, I. Ambrós, lavanguardia