de Rabat a Ammán, facebook-twitter-skype...

Un manifiesto de 36 líderes tribales pide al rey Abdalah que la reina Rania cese su actividad política y deje de usar fondos públicos para promocionar su imagen. El trasfondo de esta iniciativa es la rivalidad entre los hachemíes y la mayoría palestina, a la que pertenece Rania.

Nosotros queremos que el rey en Jordania tenga sólo un papel simbólico, que no nombre o disuelva gobiernos. Algo así como la reina de Inglaterra o el presidente de Israel", afirman jóvenes manifestantes jordanos que desfilan en Ammán y que exigen la democratización de su país.

Son los héroes de la revolución del mundo árabe. Los llamados jóvenes de internet fueron los primeros que se unieron a sus colegas tunecinos, egipcios y sirios, que por medio de las redes sociales empezaron la lucha contra los regímenes autoritarios tradicionales. Con sus teclados hacen tambalear a los presidentes y reyes de siempre.

Nos reunimos con ellos en una emisora de radio de Ammán en la que coordinan sus esfuerzos y se organizan, marcando las fechas y los lugares de las distintas protestas. El alma de este grupo es una joven de 21 años, Iman Jaradat, que coordina las acciones de todos y que va vestida con vaqueros, zapatos de tacón y un hiyab o velo tradicional: "Nosotros somos los medios de comunicación alternativos - afirma Iman Jaradat-.La prensa, la radio y la televisión están controladas por la censura del Gobierno, pero con nosotros ellos no pueden. Usando Facebook y Twitter somos muchísimo más rápidos".

Recientemente, este grupo de jóvenes tradujo todo tipo de documentos de Wikileaks sobre su país, sobre la casa real jordana y sobre la corrupción en el Gobierno. Inmediatamente fueron abordados por los servicios de seguridad, los mujabarat,que les ordenaron retirar las traducciones de internet. "No les sirvió de nada - afirman-,porque en pocos minutos todo fue difundido en el mundo árabe por centenares de nosotros, con ayuda de las redes sociales".

Los jóvenes cuentan a La Vanguardia que los medios de comunicación oficiales de sus países presentan lo ocurrido en Túnez y en Egipto como un caos y un estado de anarquía provocado por elementos subversivos, que atentan contra la seguridad del Estado. "Nosotros, en cambio, lo presentamos como lo que es: una revolución, una intifada, un intento de lograr la libertad".

Muhamad Isdet es un bloguero que ya fue llamado a interrogatorios por la policía secreta en diez ocasiones. Recientemente le condenaron a tres meses de cárcel, pero aún no cumplió la pena. "El Gobierno nos acusa todo el tiempo de conspirar contra ellos - explica-,pero lo que no entienden es que nosotros, los jóvenes de internet, sólo queremos el bien de nuestros países, sea cual sea la nación árabe. Lo que deseamos es luchar contra la corrupción, que es muy profunda en nuestro país, y lograr finalmente una democracia real en todo el mundo árabe".

Muhamad Isdet cuenta que los servicios de seguridad le ordenaron no hablar con nosotros, pero a él no le importa. Otro joven, Imad, de 32 años, se enfrenta a él y le dice que "al final, a pesar de las manifestaciones en Jordania, sólo pasará lo que el rey desee".

Pero los jóvenes de Facebook discrepan de Imad y le contestan a coro: "Durante el reinado de Husein, que duró 46 años, nadie se atrevía a criticar al rey. Ahora con Abdalah y Rania ya no hay tabúes. Son muchos los que dicen en público que los monarcas tienen un estilo de vida de millonarios y que son demasiado tolerantes con la corrupción".

Lo que pasa en El Cairo tiene un eco inmediato en las cuatro esquinas del mundo árabe, ya que Egipto, con sus ochenta millones de habitantes, supone un auténtico gigante: uno de cada cuatro árabes es egipcio. "Basta de dictadores que se mantienen en el poder decenas de años o que intentan pasar el poder a sus hijos", dicen estos activistas. Y añaden: "Las nuevas plagas de Egipto fueron: sangre, oscuridad (de la red de internet) y la plaga de los primogénitos (Jimmy Gamal Mubarak, el delfín de su padre, que tuvo que huir)".

Mientras entrevistamos a este grupo de jóvenes en Ammán, su actividad no para. Hablan a través del sistema Skype con compañeros de Rabat, Argel, Túnez, Damasco, y también con internautas musulmanes de París. En los años sesenta, el presidente egipcio Gamal Abdel Naser y otros mandatarios árabes optaron por el panarabismo e intentaron unir a los distintos países árabes. El fracaso de su intento fue total. Casi medio siglo más tarde, los jóvenes árabes de Facebook y Twitter están convencidos de que lograrán unir a sus países en un nuevo concepto de panarabismo, en este caso de carácter cibernético.

9-II-11, G. Saura, lavanguardia