30.000 policías reprimen manifestación en Argel

Miles de argelinos desafiaron ayer la prohibición gubernamental y el masivo despliegue policial en una gran movilización popular, especialmente en la capital, pero que se extendió a otras poblaciones en busca del cambio. Los manifestantes, que exigían reformas democráticas a rebufo del éxito en Egipto, fueron dispersados por unas fuerzas del orden contundentes.

En una primera fase, la policía había montado un corredor de seguridad para sellar la capital e impedir la concentración, bloqueando las principales entradas a la capital y alineándose en las calles que conformaban el recorrido que debían hacer los manifestantes. Se habían puesto barricadas en las confluencias más importantes. Argel era ayer una ciudad sitiada. Las fuerzas de seguridad mantuvieron fuera del casco urbano a los numerosos autobuses que se habían fletado.

No sirvió de nada. Pese a todo, algunos miles de personas lograron esquivar los controles y concentrarse. Inmediatamente desde el Gobierno se dio la orden de dispersarlos. Una policía que los superaba de tres a uno actuó con rapidez para evitar que siguiese la concentración, lo que no evitó que lo que se viese ayer fuera la primera gran movilización ciudadana en los últimos diez años.

No hay cifras claras sobre el número de detenidos. Un activista pro derechos humanos que estuvo en la movilización hablaba de más de cuatrocientas personas. Sin embargo, Mustafa Buchachi, portavoz 19 de La Liga Argelina por los Derechos Humanos, rebajó algo la cifra, aunque señaló que "entre las manifestaciones de Argel, Orán y Anaba, han detenido a más de trescientos". Entre ellos había mujeres y periodistas extranjeros. "Algunos han sido liberados poco después, pero otros siguen en prisión", añadió.

Las tensiones han ido creciendo en los cinco días que llevan las movilizaciones en Argelia, desde que la fuerte subida en los precios desataron las protestas. El gobierno del presidente Abdelaziz Buteflika (en el poder desde 1999), mostrando claras muestras de nerviosismo en medio de la situación actual en el mundo árabe, también ha endurecido de modo radical su respuesta. Lo hizo anteayer para frenar las celebraciones por la caída de Mubarak en Egipto y ayer lo volvió a demostrar con un despliegue policial de auténtica excepción: cerca de 28.000, según Buchachi.

Argelia, un país de 35 millones de habitantes, y pese a contar con unas ingentes reservas de gas natural, lleva años asediada por la pobreza y el desempleo, factores que la han situado como el posible siguiente país en vivir la ola revolucionaria que recorre estos días el mundo árabe.

En este sentido, la movilización de ayer sería un buen indicador, dado que supuso con diferencia la mayor de todos los países de la zona. Según los organizadores hasta 10.000 personas se habrían conseguido congregar en el centro de Argel. Fuentes oficiales los rebajaron a poco más de 1.500. Al grito de "No al estado policial" y "Fuera Buteflika", los manifestantes se encararon con las fuerzas de seguridad intentando cruzar las barricadas situadas en todo el centro.

Desafiando las casi dos décadas que lleva Argelia en estado de emergencia y la prohibición expresa de la manifestación, los grupos organizadores hicieron oídos sordos a las amenazas. "Llevábamos diez años sin poder manifestarnos y había como una barrera psicológica - explicaba Ali Rachedi, histórico líder del Frente Socialista-.Ahora ese miedo ha desaparecido".

No obstante, el país sigue conmocionado por la brutal violencia que se vivió en la década de los noventa, durante la insurgencia islamista, y que dejó cerca de 200.000 muertos, un factor que aún pesa al pedir el fin del estado de emergencia, impuesto en este contexto en 1992.

13-II-11, ap/afp/efe, lavanguardia