īSantos inocentesī, Antoni Puigverd

Durante 30 años, la España de los Santos Inocentes ha recibido ingentes cantidades. Pagaron Baleares, Catalunya, Valencia, Madrid. Y sobre todo, Alemania. Era un dinero demasiado fácil: lo que no cuesta esfuerzo, no se valora. Se gastó como se gasta la lotería. Nadie pudo decir que aquel dinero era una simiente que debía arraigar y crecer para dar los frutos con los que Andalucía, Extremadura o la Mancha tenían que conquistar la autosuficiencia. El PSOE de las Juntas lo gastó con alegre criterio. ¿Alegre? ¡Interesado! Repartiendo, el PSOE, más que despertar a Andalucía, la ha adormecido con formas de señoritismo paternal: te doy, me votas. Esta historia tiene un final amable: la tremenda falla que separa il meridione italiano del norte industrial, no existe en España. En servicios, infraestructuras y bienestar, el sur español está mejor que el norte. Pero es también un final obsceno: Chaves no es tan distinto de Chávez. Lo sabe el trabajador social más novato: el paternalismo social mantiene al pobre dependiente. Lo peor de este obsceno final es que el PP abre la puerta de Andalucía, no para introducir el credo liberal, sino para continuar la obra benéfica, para cobrar los réditos del paternalismo que convierte al ciudadano en un votante dependiente.

11-III-11, Antoni Puigverd, lavanguardia