entrevista a Yuli Andreyev, referente en accidentes nucleares

Pasó cinco años en Chernóbil. Fue vicedirector del Spetsatom, el organismo soviético de lucha contra accidentes nucleares y conoce a fondo el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Yuli Andreyev (1938) es uno de los que más sabe en la materia. En 1991 todo se desmoronaba en Moscú. Con el sueldo de viceministro de Energía Atómica, el cargo que le ofrecieron, no alcanzaba para nada. La Academia de Ciencias de Austria le invitó y acabó instalándose en Viena como asesor.

"Chernóbil continúa rodeado de mentiras -señala Andreyev-. El accidente no fue responsabilidad de los operadores de la central, como se dijo, sino un claro defecto de diseño de los reactores RMBK, resultado de la economía de costes. Esas mentiras son hoy actuales en Fukushima. La seguridad cuesta dinero. Si gastas demasiado en ella la central deja de ser competitiva. Después del accidente de Three Mile Island (en Pensilvania, 1979) se vio que mejorar la seguridad era demasiado caro. Durante treinta años en Estados Unidos no se construyó ni un solo reactor. En Chernóbil el académico Rumiantsev demostró que había que cerrar todos los reactores RMBK. Simplemente lo ignoraron. Siempre hay gente interesada en ocultar algo...".

¿Qué ocultan?

Que ceden en seguridad por dinero. En Japón la localización de las centrales junto al mar es la más barata. Los generadores de emergencia no los enterraron. Llegó la ola y todo quedó fuera de servicio. Detrás de todo esto hay corrupción. No tengo pruebas, pero aparecerán. ¿Cómo puede diseñarse una central en una zona de alto riesgo sísmico, al lado del Océano, con los generadores de emergencia en superficie? No es un error, es un delito.

¿Qué problemas ve en las piscinas de combustible caduco en los reactores de Fukushima?

Intentaron ahorrar. Las llenaron en exceso, lo que aumenta la posibilidad de accidentes. Cuando un conductor tiene un accidente él es el único responsable por haber bebido en exceso. En lo nuclear nada obedece a un solo motivo. El terremoto produjo grietas y las vació de agua. Si no refrigeras se calientan y se pueden producir las situaciones más críticas. Tenemos muy poca información. Japón no la da, la protege. Desconocemos lo más elemental: qué daños ha producido el terremoto y el tsunami...

Pero el OIEA debe tener esa información...

En absoluto. No sabe nada. Todo es reservado. En el primer informe a el OIEA sobre Chernóbil todo era mentira. El OIEA se lo creyó porque los intereses son los mismos. Ahora en Japón. Si informaran, la negligencia se haría evidente. El problema es la ausencia de instancias independientes de control, un pilar del derecho romano: no se puede ser juez y parte.

En la industria nuclear todo va en la misma cesta. El juez de Chernóbil fue Legasov, vicedirector del Instituto Kurchatov. Responsabilizó a los operadores de la central, que fueron encarcelados, y salvó los diseños de su instituto. Un año después del accidente se ahorcó. En la industria nuclear no hay organismos independientes. La misión de la OIEA es contribuir a la extensión de la energía nuclear y todo lo que vaya en contra no lo va a divulgar. No es conjura. Es lo que cabe esperar cuando se pone a la cabra de hortelano.

¿Qué pasará en Fukushima? ¿Podría llegarse a una seria radiación sobre Tokio?

A falta de información, tengo cuatro hipótesis. Primera, si se enfría el reactor: la radiación cesaría pronto. Segunda, si no se logra enfriarlo y sigue como hasta ahora: las emisiones, aunque no sean muy potentes, seguirán durante semanas. Tercera, si se funde el combustible nuclear y daña la carcasa del reactor: se producirían emisiones en serie, es bastante grave pero no lo peor. Cuarta, la más catastrófica, si el combustible se precipita hasta el fondo y adquiere masa crítica: entonces se iniciaría una reacción en cadena incontrolada, es decir una explosión. En ese caso la contaminación sería muy grave. El peor reactor es el tercero, porque emplea MOX, combustible de uranio más plutonio, que Francia está experimentando en dos centrales nucleares de Japón.

Se comprende por qué Francia está criticando tan duramente a Japón estos días.

Los reactores no son franceses sino estadounidenses, de General Electric. Francia depende críticamente de la energía nuclear. Si arranca un movimiento antinuclear fuerte, el Gobierno francés quedará en una posición muy delicada. Por eso arremeten contra Japón, para dara entender que algo parecido es impensable en Francia.

17-III-11, R. Poch, lavanguardia