´La misión más confusa´, Xavier Batalla

El cielo libio es escenario de la misión internacional más confusa de los últimos tiempos. La guerra del Golfo (1990-91) fue legal, ya que la ONU la autorizó para derrotar a Iraq, cuyas tropas habían invadido Kuwait. La guerra de Kosovo en 1999 fue ilegal porque no tuvo el respaldo de la ONU, pero fue considerada legítima por tratarse de una iniciativa humanitaria. La guerra de Afganistán fue autorizada por la ONU en el 2001. Y la invasión de Iraq en el 2003 no fue ni legal ni legítima. La misión internacional en Libia es legal porque la ha aprobado la ONU, pero puede terminar no siendo legítima si la coalición sucumbe a la tentación de ampliar sus objetivos. ¿Un impulso humanitario o un acto de hipocresía? Estos son algunos de los porqués.

¿Por qué es justa la resolución 1973?

La resolución 1973 del Consejo de Seguridad, por la que se autoriza el empleo de "todas las medidas necesarias" para defender a la población civil libia, reconoce que la comunidad internacional tiene el derecho a intervenir en los asuntos de otro país por razones humanitarias. Es decir, se ha aprobado por una causa justa. El Consejo de Seguridad ha aceptado la doctrina de la "responsabilidad de proteger", reconocida por la ONU en 2006 en respuesta al genocidio de Ruanda. Esta doctrina autoriza la intervención internacional en los asuntos de un Estado soberano si sus líderes, como es el caso de Gadafi, no están dispuestos a evitar atrocidades o si participan en ellas. Pero la misión internacional, improvisada y precipitada, divide a la coalición y no tiene claros sus objetivos.

¿Por qué comenzó todo en Kosovo?

Hasta la guerra de Kosovo, en 1999, un Estado miembro de la ONU tenía garantizado el derecho a ver respetada su soberanía bajo unos principios que se remontan hasta 1648, cuando el tratado de Westfalia puso fin a la guerra de los Treinta Años. La paz de Westfalia significó el triunfo de la idea del Estado como primer actor y estableció el sistema de relaciones internacionales vigente y basado en la soberanía estatal. Pero, una vez acabada la guerra fría, Kosovo movió el orden de las cosas. En 1999, los partidarios del intervencionismo liberal saludaron el bombardeo de Belgrado, con el que se quería evitar la limpieza étnica con la que Slobodan Milosevic amenazaba a la mayoría albanesa de Kosovo. La intervención militar, encabezada

¿Por qué es más que la exclusión aérea?

La resolución 1973 ofrece el marco que permite la operación militar contra las fuerzas del coronel Gadafi por parte de una coalición de dieciocho países, entre ellos España, liderada por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Pero la resolución no sólo habla de la "zona de exclusión por la Administración Clinton, fue criticada por considerar que violaba la soberanía de Serbia, de la que Kosovo era una provincia. Pero la guerra, que no contó con el respaldo de la ONU por la oposición de Rusia, aliada de Serbia, fue la primera guerra humanitaria. Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, afirmó que los derechos humanos habían prevalecido sobre los gobiernos. Los orígenes del intervencionismo liberal se remontan a la década de 1980, cuando Mario Bettati, profesor de Derecho Internacional, lanzó la idea. Pero en Iraq, los neoconservadores arruinaron el intervencionismo humanitario. aérea". Su artículo 4 permite a los países firmantes "la adopción de todo tipo de medidas que consideren necesarias" para defender a los civiles.

¿Por qué la tentación de echar a Gadafi?

El presidente Barack Obama anunció, en el tercer día de la misión, que Estados Unidos transferirá el mando "en días, no en semanas", y no está claro qué país lo asumirá. Estados Unidos, además, dejará de participar en los ataques una vez se haya cumplido la primera fase de la operación con la destrucción de las defensas antiaéreas libias. Obama también ha dicho que "la OTAN debería estar involucrada" en las próximas fases, pero en la organización atlántica, que ha aprobado el embargo naval, no existe consenso. ¿Y qué pasará una vez consolidada la zona de exclusión aérea? Las tropas de Gadafi podrían replegarse, lo que derivaría en un posible estancamiento del conflicto. El dictador quedaría acorralado, pero continuaría en el poder. Y la resolución 1973 no autoriza el derrocamiento del coronel Gadafi, como sucedió en la guerra del Golfo (1990-91) con Sadam Husein, que sobrevivió políticamente a su derrota militar. ¿Cuál es entonces la estrategia de la coalición? ¿Se sucumbirá a la tentación del cambio de régimen? Washington no renuncia a la caída de Gadafi, pero la sitúa a largo plazo. El diario londinense The Times ha escrito: "La resolución 1973 es una misión humanitaria cuyo último objetivo es el cambio de régimen". Pero si Gadafi pierde el poder en las próximas semanas, no habrá un poder autóctono fuerte. Los rebeldes han demostrado ser política y militarmente débiles. Y si Gadafi cae, lo más probable es que sea reemplazado por un dirigente libio protegido por la coalición internacional.

¿Por qué habría que poner pie a tierra?

Las zonas de exclusión aérea, como demostraron los casos de Bosnia e Iraq, acaban obligando a poner pie a tierra. El almirante Chris Parry, director general en el Ministerio de Defensa británico, sostiene que "toda estrategia necesita alguna forma de intervención terrestre - y pronto-si se trata de evitar una matanza". ¿Qué se puede hacer entonces, dado que la resolución 1973 se opone a la invasión? The USS Kearsarge Expeditionary Strike Group ha sugerido que las fuerzas anfibias y los marines actúen desde los buques de la coalición.

¿Por qué no en Yemen o en Bahréin?

La razón por la que Obama se sitúa en segunda fila es clara: con Afganistán e Iraq aún humeando, no quiere involucrarse en otra guerra. Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, ha encontrado la oportunidad de recuperarse de los fiascos de Túnez y Egipto, aunque sea a costa de separarse de Alemania, siempre no intervencionista. Y José Luis Rodríguez Zapatero también parece convencido de obtener algún beneficio. ¿En qué quedamos entonces: es una misión humanitaria o un acto de hipocresía? Si los que se declaran escépticos sobre la misión pueden pensar en el petróleo libio (la novena reserva mundial), ¿qué pensarán los yemeníes que son machacados por el presidente Ali Abdulah Saleh o la mayoritaria comunidad chií oprimida en Bahréin, adonde Arabia Saudí ha enviado sus tropas para salvar aunrey suní? Saleh es un aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda. Bahréin, que es otro escenario de la guerra fría que libran Arabia Saudí e Irán, es la base de la V Flota estadounidense.

23-III-11, Xavier Batalla, lavanguardia