´Talibán o catalán´, Xavier Batalla

Talibán o catalán.

Bill Clinton se ganó a su audiencia barcelonesa cuando, en octubre del 2001, dijo que "el futuro será catalán o talibán". Pervez Musharraf, presidente de Pakistán y por lo general astuto, parece haber resuelto el dilema de otra manera. Hay un dato, citado por Pakistan Facts,que da que pensar: Pakistán ha detenido y entregado a los oficiales estadounidenses diversos dirigentes de Al Qaeda desde la guerra de Afganistán del 2001, pero ni Washington ni Kabul han recibido de Musharraf un solo alto mando talibán.

Clinton, cuando era presidente, nunca vio a Musharraf con buenos ojos, es decir, como si fuera catalán. El demócrata suspendió la ayuda a Pakistán a raíz del golpe de estado con el que el general llegó al poder en 1999. George W. Bush ve a Musharraf de manera distinta. No es que le considere catalán, ya que también está en entredicho su capacidad para el pacto. Pero Bush parece convencido de que el general pakistaní es una versión de Kemal Ataturk, el fundador de la república laica de Turquía. Musharraf, tras la derrota soviética en Afganistán, protegió a los talibanes, integristas hasta el gorro, pero después del 11 de septiembre se alineó con Bush contra los talibanes. ¿Oportunismo o realismo?.

Estadounidenses y británicos no las tienen todas consigo. Es un secreto a voces, al menos en la prensa pakistaní, que la jerarquía talibán que se salvó de la quema opera ahora desde Quetta, capital de la provincia pakistaní de Beluchistán, fronteriza con Afganistán. El régimen lo niega, pero el anterior embajador de Estados Unidos en Pakistán, Zalmay Khalilzad, se quejó hace tan sólo unas semanas de que una cadena de televisión pakistaní ha entrevistado al mulá Usmani, un comandante talibán.

Pakistán siempre ha cuidado la cantera integrista. En los años ochenta apoyó a la guerrilla musulmana que, respaldada por Washington, luchó contra los soviéticos en Afganistán. Y aún sigue cuidando a los insurgentes musulmanes que hostigan a India en Cachemira. ¿Cuál es, entonces, el auténtico Musharraf? Después de los atentados del 11 de septiembre pronunció un discurso para justificar su apoyo a Estados Unidos contra el régimen talibán, protector de Ossama Bin Laden. Entonces habló en inglés. Pero días más tarde, el 19 de septiembre, el presidente dijo que utilizaría todo su poder para evitar que el talibán salga mal parado de la guerra global contra el terrorismo. Esta vez habló en urdu, la lengua oficial de Pakistán.

Pakistán sigue siendo una pieza clave en la región, lo que explica la comprensión de Bush. Ahmed Rashid, experto en cuestión de talibanes, dice que el ambiguo comportamiento de Pakistán se explica por el miedo que le tiene a India, su rival histórico, ahora con magníficas relaciones con Estados Unidos. Puede que sea así, pero debe haber algo más. Para mantenerse en el poder, Musharraf ha marginado a los dos partidos políticos relativamente liberales, incluidos sus líderes, que están en el exilio acusados de corrupción, y tolerado a los integristas. El pasado abril se publicó en Pakistán otra edición de un libro de texto, Pakistan studies for class 10,con el que se enseña historia, cultura y política a los alumnos de 15 años. El autor no es un talibán, oficialmente proscrito, pero en el libro puede leerse que la recompensa para un mártir (en Occidente, un terrorista) es la vida eterna. ¿Cómo será, entonces, el futuro en Pakistán? Puede que Musharraf resulte ser una tercera vía no prevista por Clinton en Barcelona. Los híbridos no son patrimonio de Pakistán.

lavanguardia, 31-VII-05