´¿Y lo de poner la otra mejilla?´, Quim Monzó

Días atrás leí en el diario Sur de Málaga una noticia que me impresionó: "Ayer, dos cofrades se denunciaron mutuamente en comisaría tras una pelea por una rivalidad entre hermandades. Los protagonistas del suceso son Sebastián Velasco, miembro de la corporación del Asilo de los Ángeles,y Carlos Marfil, presidente de la asociación del Santísimo Cristo de Llagas y Columna. (...) Velasco afirma que se cruzó con Marfil en un pasillo y que, sin mediar palabra, este empezó a pegarle. ´Me tiró al suelo´, explica en declaraciones a Sur.´Comenzó a darme patadas e intentó tirarme por la barandilla. Me arrancó la camiseta y yo, como pude, me escapé rodando y me refugié en una oficina´. Dice que lo amenazó con ir a su casa y agredir a su familia. (...) Según el informe, presenta una herida compatible con una fractura de una costilla, una rotura parcial de un diente, erosiones múltiples y hematomas en cuello, tórax y abdomen. El presidente de la asociación de Llagas y Columna niega ser el causante de esas lesiones, así como el intento de empujarlo por la barandilla. Asegura que Velasco, tras cruzarse con él, comenzó a insultarlo y a amenazarlo. ´Le volví la cara porque no quería problemas, pero me dijo´: ´Te voy a dar un tiro´, ´te voy a joder la vida´ y ´el año que viene volveré a joderte llevando la Virgen a la capilla´. Marfil sostiene que su rival le golpeó primero y que lo tiró al suelo, donde le dio un mordisco en el pulgar de la mano derecha".

El origen del conflicto es una disputa territorial. La asociación del Santísimo Cristo de Llagas y Columna se opone a que la Virgen de Esperanza y Refugio de los Ancianos, que es la que los otros llevan a cuestas, pase por delante de la capilla del Cristo, que es la suya.Visto desde la distancia, el espectáculo es desconcertante, pero los que entienden del asunto dicen que la rivalidad entre hermandades es habitual y llega al punto de impedir por la fuerza que los otros pasen por nuestra calle.Leyendo la noticia he recordado la rivalidad que hay en el Santo Sepulcro, el templo más sagrado del cristianismo. Al inicio de la segunda intifada estuve en Jerusalén, escribiendo crónicas para La Vanguardia,y pude ver que es verdad eso que me habían explicado: las disputas entre sacerdotes de diversas ramas cristianas, sobre todo entre armenios y ortodoxos griegos. Vaya mal rollo había ahí por un quítame allá ese palmo de terreno. En la prensa, las noticias sobre peleas en el Santo Sepulcro son habituales: puñetazos, patadas, sacerdotes pateados, y la policía siempre a punto para separarlos. Vistos esos precedentes y el amor fraternal que se profesan algunas hermandades - lo de Llagas empiezo a entenderlo-,me extraña que las autoridades madrileñas hayan decidido prohibir la procesión atea de Lavapiés que debía celebrarse hoy, alegando que podría degenerar en violencia. ¡Pero si, tal como se ve, esa es la gracia del asunto!

21-IV-11, Quim Monzó, lavanguardia