Bin Laden y la República Islámica de Pakistán - II

- Pakistán, el país de la bomba nuclear islámica
- AFPAK, Afganistán / Pakistán, la guarida de la serpiente 
- Bin Laden y la República Islámica de Pakistán - I 


Abdul Qadeer Khan, el paquistaní creador de la bomba atómica islámica 
y exportador de su tecnología a Irán, Libia y Corea del Nordte.
Condenado y perdonado en Pakistán, donde es un héroe.
 

Tras varios días de atronador silencio, el jefe del ejército pakistaní, el general Ashfaq Kayani, se ha visto obligado a intervenir ante la mezcla de indignación e incredulidad entre sus paisanos por la forma en que un comando estadounidense llegó, vio y venció en pleno acantonamiento militar de Abbottabad. "Cualquier acción similar que viole la soberanía de Pakistán acarreará la reconsideración del nivel de cooperación militar y de inteligencia con Estados Unidos", aseveró el hombre fuerte de Pakistán.

El general sale al paso del debate que empieza a ganar terreno en EE. UU. sobre la conveniencia de asestar otros golpes decisivos en su territorio (contra el mulá Omar o Jalaludin Haqani, máximos responsables de la insurgencia afgana ocultos en Pakistán) o incluso de arrebatar el arsenal nuclear pakistaní.

También es un mensaje dirigido a India. Sobre todo tras las declaraciones de anteayer del jefe del ejército indio, V. K. Singh: "Las tres armas (Tierra, Aire y Marina) son capaces de llevar a cabo operaciones como la que ha eliminado a Bin Laden, si se requiere, pero necesitamos permiso de arriba". La última frase resume el abismo que media entre la cultura política de India y Pakistán, pero en su conjunto es también una advertencia velada a Pakistán. En caso de que se produzca un atentado de la magnitud del asalto terrorista a Bombay del 2008, esta vez India responderá. Las probabilidades son altas y ayer mismo la embajada de España en Nueva Delhi aconsejaba evitar aglomeraciones.

Las declaraciones de Singh no han pasado inadvertidas al secretario de Exteriores pakistaní, Salman Bashir: "Sentimos que un error de cálculo de este tipo resultaría en una catástrofe terrible. Nadie debe poner en duda que Pakistán cuenta con capacidad suficiente para asegurar su defensa". Ambos países, cabe recordar, son potencias nucleares.

La eliminación de Osama bin Laden algo debe al modo como Barack Obama ha apretado las tuercas a los pakistaníes, en comparación con Bush. Durante los últimos dos años es rara la semana en que Islamabad no haya recibido la visita de un peso pesado del Gobierno o el ejército de EE. UU., exigiendo mayor cooperación. George W. Bush, en cambio, desarrolló una auténtica amistad con el general Musharraf. Sin embargo, si la cronología manejada por Washington es cierta, Bin Laden encontró refugio en Abbottabad en el momento en que Musharraf concentraba todo el poder. Asimismo, Obama ha intensificado los bombardeos con aviones no tripulados de objetivos en las zonas tribales pastunes, algo que habría contribuido a recluir a Bin Laden a cientos de kilómetros de Afganistán. Por último, Obama ha inundado Pakistán de agentes de la CIA encubiertos (más de la mitad de los 1.600 pasaportes diplomáticos que hay en Pakistán pertenecen a estadounidenses), tras llegar a la conclusión de que el ISI - el servicio secreto pakistaní-no era de fiar.

De todos modos, incluso la eliminación del árabe Bin Laden no contradice la política marcada por Musharraf de entregar selectivamente a miembros de Al Qaeda extranjeros mientras se protege a los talibanes afganos. Esa puede ser la línea roja que ayer quiso marcar Kayani. Tal como soltó Ali Jinnah a una entrevistadora de Life,al poco de fundar el país: "Estados Unidos necesita a Pakistán más de lo que Pakistán necesita a Estados Unidos".

6-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

A mediados del 2008 el nuevo gobierno elegido democráticamente intentó cambiar la ley para que el ISI informara al ministerio de Defensa, en lugar de al jefe del ejército, pero tuvo que retractarse a las pocas horas. De ahí que ahora, por primera vez en mucho tiempo, todas las críticas lluevan sobre los uniformados y no sobre el gobierno, tanto porque Bin Laden ha sido sorprendido en una ciudad pakistaní controlada por el ejército como por el bochorno de haber tolerado - o no haber advertido-una misión del ejército estadounidense en el corazón del país. Además se da la circunstancia de que Osama Bin Laden se habría trasladado al refugio de Abbottabad hacia el 2005, precisamente cuando el director del ISI era el actual jefe del ejército, Ashfaq Parvez Kayani.

8-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

Estados Unidos habría exigido ayer al ISI (Inter Services Intelligence, la principal de las cuatro agencias de inteligencia pakistaníes) los nombres de varios de sus operativos, para aclarar posibles vínculos con Al Qaeda. Si no hay respuestas satisfactorias, el traspié o doble juego de la cúpula militar pakistaní puede llegar a poner en duda la visita a Pakistán anunciada por Barak Obama para este mismo año.

Según fuentes no confirmadas, el actual director del ISI, Ahmed Shuja Pasha, habría volado ayer mismo a Washington, en un intento de salvar su cabeza, que piden varios para salvar la cara, tanto en EE. UU. como en Pakistán. La designación de Pasha en 2008 - un mes antes del asalto terrorista a Bombay en el que India ve la mano del ISI-fue favorecida por EE. UU., que veía con malos ojos a su antecesor, nombrado todavía por el dictador Musharraf.

Tanto el jefe de la oposición como el anterior ministro de Asuntos Exteriores, Shah Mahmud Qureshi - forzado a dimitir hace unos meses por su inflexibilidad en el caso del agente de la CIA Raymond Davis-han pedido la dimisión del primer ministro Raza Gilani, que ayer, a su llegada de un viaje a Francia, anunciaba aclaraciones en la Asamblea mañana.

Por último, un portavoz del ejército del aire habría contradicho las declaraciones que atribuían la no detección de los helicópteros norteamericanos a que estos habrían despistado a los radares. Según el oficial, los radares en la frontera afgana estaban desconectados y cuando las aeronaves pakistaníes reaccionaron, los estadounidenses ya se habían esfumado. Lo que no se esfuma son las teorías conspirativas entre los pakistaníes.

8-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

En enero llegó a Abbottabad una pareja oriental formada por Umer Patek, el terrorista más buscado de Indonesia - por su implicación en el atentado de Bali-y su esposa filipina. Buscaban a Bin Laden. El ISI los detuvo al cabo de pocos días, pero su comprometedor arresto sólo se conoció hace un mes y siguen en paradero desconocido. Incluso un supuesto empleado de correos de Abbottabad era, en realidad, reclutador de yihadistas extranjeros (entre otros, franceses), con gran sigilo. Abbottabad empezaba a ser un secreto a voces. El asesinato de Bin Laden no ha agitado en Pakistán a multitudes comparables a las de hace tres meses, contra el agente de la CIA, Raymond Davies, que mató a dos supuestos perseguidores en Lahore. La incomodidad del ISI por la creciente manga ancha de la CIA, en supuesta vulneración de la soberanía nacional, es manifiesta.

5-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

Hay que señalar que un diario canadiense sembraba ayer discrepancias sobre la titularidad de la casa y resaltaba que los agentes de la propiedad habrían sido instruidos para guardar silencio. The Globe and Mail cita a un policía según el cual la casa pertenecía a Hizb-ul Muyahidin, una organización terrorista creada por los servicios del ISI para arrebatar a India toda Cachemira, como Lashkar-e-Taiba...

Quien no parecía sospechar de los servidores de Bin Laden era el ocupante de la casa más cercana, nada menos que un oficial del ejército, que está ilocalizable estos días. Precisamente era del cuerpo médico, lo que nunca está de más como vecino.

La que ya es la casa menos secreta del mundo tiene en realidad un vecino más cercano, una vivienda mucho más modesta, sin cristales, uno de cuyos moradores, de algo más de cuarenta años, tuvo la indiscreción de presenciar toda la toma de la fortaleza. Su padre explicaba ayer a quien quisiera oirle que llegaron ciertos agentes, se lo llevaron, y no ha vuelto a saber de él.

5-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

la más joven de las esposas de Osama bin Laden, Amal Ahmed Abdulfattah, habría confesado que llevaba cinco años en la ya famosa casa del cantonment (barrio militar) de las afueras de Abbottabad. Según esta yemení de 29 años, la familia residía en la segunda y tercera plantas del complejo, aunque Bin Laden apenas usaba dos habitaciones. Amal es sólo una de las tres mujeres del líder terrorista que fueron encontradas maniatadas por la policía pakistaní, tras el asalto de los Navy Seals,junto a más de una decena de niños, varios de ellos hijos de Bin Laden. La mujer resultó herida por un tiro en una pierna tras interponerse entre Bin Laden y los asaltantes, por lo que está en un hospital. Su hija de doce años es la que habría declarado haber visto cómo su padre era abatido y cargado en un helicóptero.

Los servicios de inteligencia pakistaníes ya han dicho que no permitirán que los estadounidenses interroguen a los Bin Laden bajo su custodia. Saber cómo Amal, a quien habrían repatriado a Yemen en el 2002, consiguió reunirse con su marido sin duda arrojaría mucha luz sobre métodos y complicidades...

El país sigue pendiente abajo, y la confirmación de que la cúpula de Al Qaeda ha encontrado refugio en su suelo y de que uno de los favoritos a suceder a Bin Laden es pakistaní - Ilyas Kashmiri-provoca escalofríos. También en India, donde se constata cómo la pakistanización de Al Qaeda refuerza los objetivos estratégicos del establishment pakistaní: hacerse con Cachemira y, naturalmente, con Afganistán.

5-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

entrevista a Javier Solana:

¿Qué pasará con Pakistán?

Una vez más está en una situación de tensión con Estados Unidos. Si nadie en Pakistán sabía nada respecto a quién pertenecía aquella casa, es para quedarse muy sorprendido. Que después de tantos años los servicios de inteligencia o militares de Pakistán no supieran nada, cuesta bastante creérselo. Pero, por otro lado, la operación se hace entrando en un país extranjero, en este caso Pakistán, sin comunicárselo.

Después del 11-S Bush dijo que los países que alberguen terroristas serían enemigos.

Pakistán es un país complejísimo, pero tiene bombas nucleares, y esto no es un problema menor. Bombas nucleares que muy poca gente conoce su estado de conservación y dónde están. No creo que el presidente de la República sepa dónde están, como no sabía seguramente lo que estaba pasando en Abbottabad.

7-V-11, J.J. Baños, lavanguardia

La antipatía entre el establishment militar hacia el presidente Asif Ali Zardari es evidente. Aunque esta es mutua: el asesinato de su esposa, Benazir Bhutto, no está aclarado y la mayoría de los pakistaníes ve detrás la mano negra de los militares. Estos tienen ahora un motivo más para odiarle. El presidente nombró a un amigo personal como embajador en Washington, que en los últimos meses ha dado visados a mansalva. Hasta el punto de que algún oficial pakistaní se ha quejado de que ya hay más agentes de la CIA que del ISI. La tensión llegó al extremo inédito de que el nombre del jefe de la CIA en Islamabad fuera filtrado hace cinco meses.

Esta semana, ha vuelto a ocurrir. Algo que tiene relación directa con el juicio sobre el asalto terrorista a Bombay del 2008, que empieza este mes en Chicago a instancias de familiares de las seis víctimas norteamericanas. El juez pretendía llamar a declarar al jefe del ISI. Y según filtraciones en los medios indios, la investigación estadounidense concluye que un oficial del ISI sería el cerebro de aquella matanza, perpetrada por diez terroristas de Lashkar-e-Taiba, el grupo originalmente impulsado por el ejército pakistaní para la infiltración en Cachemira. La comparecencia de David Headley (nombre real, Daoud), el hijo de un diplomático pakistaní que actuó como avanzadilla de los terroristas de Bombay, podría ser el último clavo sobre el féretro de la actual cúpula militar pakistaní.

Gilani ha prometido abrir una investigación sobre la estancia de Bin Laden en Abbottabad. Sin embargo, poco hay que esperar de ella, ya que Pakistán, en su corta historia, ni siquiera ha sido capaz de desentrañar el asesinato de tres de sus jefes de gobierno. Asimismo, cargó contra "el unilateralismo" y la "violación de la soberanía pakistaní".

Gilani declaró que el ISI es "un activo nacional que el Gobierno apoya con orgullo" y declaró sus "logros antiterroristas". Aunque sus logros a través del terrorismo no son menos espectaculares. La diplomacia norteamericana, según Wikileaks, habría expresado que el sangriento atentado del 2008 contra la embajada india en Kabul (en el 2009 hubo otro) fue instigado por el ISI y ejecutado por la red de Jalaluddin Haqqani. La embajadora de EE. UU. en aquel entonces, Anne Patterson, expresó que "no hay dinero que haga cambiar el apoyo del ejército pakistaní a Lashkar-e-Taiba, a los talibanes, a Hekmatyar ya Haqqani". Los tres últimos son el azote de la ISAF en Afganistán.

10-V-11, J.J. Baños, lavanguardia