energía nuclear: no es la tecnología, es la condición humana

Los inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han advertido "errores operativos" en el modo de proceder de los responsables de la central de Ascó, que la semana pasada informaron de un vertido de agua radiactiva en el interior del edificio de contención. Tras enviar personal a la planta y conocer más detalles, el Consejo ha elevado la gravedad del episodio y lo ha calificado como nivel I en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares. La respuesta de los responsables de la central ante el escape, que se produjo por un error humano y llegó a mojar los pies de 19 trabajadores, no fue "suficientemente rigurosa", según el órgano regulador.



La inspección del Consejo ha arrojado nuevos datos sobre el episodio, del que se informó escuetamente la semana pasada. En su informe, los inspectores señalan que la fuga se produjo por un error humano, y que la sala de control tardó 13 minutos en parar el vertido, realizando "acciones fuera de las indicaciones recogidas en los procedimientos establecidos". El CSN no detalló ayer qué operaciones llevó a cabo el personal de Ascó para solventar la situación, tras verterse 25.000 litros de agua radiactiva. Pero sí que explicó que el agua del circuito de refrigeración del reactor llegó a cubrir unos cinco centímetros de la sala donde trabajaban un grupo de empleados de mantenimiento, y que 19 de ellos - no catorce, como se dijo en un principio-se mojaron los pies. El incidente, que se produjo al dejarse una válvula abierta del sistema de refrigeración por error, tuvo lugar estando la nuclear parada por recarga, y según el CSN, "no tuvo un impacto radiológico significativo"...



Tras el escándalo de la fuga de partículas radiactivas de 2008, el Gobierno impuso a Ascó una multa de 15 millones de euros y el CSN obligó a la empresa a adoptar medidas para mejorar su cultura de seguridad. Por su parte, el juzgado de Gandesa está llevando a cabo su propia investigación y, de momento, ha imputado a tres responsables de la nuclear y a un inspector residente. A pesar de eso, la central ha registrado nuevos incidentes, y los ecologistas presionan al Gobierno para que no le renueve el permiso de operación. De los 21 sucesos notificados este año por las ocho centrales españolas, diez se han localizado en las plantas de Ascó y de Vandellòs II.

Hace poco, Vandellòs II paró durante semanas para llevar a cabo trabajos de mantenimiento. Ayer, tres semanas después de su puesta en marcha, los responsables de la central desconectaron de forma imprevista la central nuclear de la red eléctrica para sustituir unos componentes del cuadro de control del equipo de refrigeración.

7-V-11, O. Margalef, lavanguardia