ŽLenguas y partitocraciaŽ, X. Bru de Sala

Lenguas y partitocracia

Durante los últimos decenios, se ha extendido mucho más el castellano en las zonas de mayoría catalanoparlante que a la inversa. Mientras el primer fenómeno es natural - fruto de la mayor potencia social y mediática de la lengua común-, el segundo tiene una causa añadida, un factor político fundamental: la sustitución del PSUC por el PSC como partido hegemónico. Según el mensaje del PSUC, diáfano, el aprendizaje y uso del catalán, su reconocimiento efectivo como primera lengua de Catalunya, eran fundamentales en una sociedad de todos modos y efectivamente bilingüe. En el PSC, en cambio, ha privado un pragmatismo electoralista que ha preferido el monolingüismo en castellano del gran gueto del cinturón barcelonés a cualquier otra razón o propósito. A CiU tampoco le ha ido mal el reparto del territorio. La pervivencia de una ´Catalunya castellana´ reforzaba su hegemonía en la que se llegó a denominar ´Catalunya catalana´, con capital en Vic y Girona. No ha habido enfrentamientos significativos, es cierto, pero tampoco la deseada fusión en aquello de ´un sol poble´. Todos somos catalanes, eso sí ha cuajado, pero con fronteras lingüísticas interiores que se han correspondido a la hegemonía de nuestros dos principales partidos.

Más recientemente, se observa en las zonas de predominancia social del castellano un movimiento natural en dos direcciones. El dominio exclusivo del PSC no peligra todavía, pero sí se ve erosionado por una cierta penetración del catalán, y del mensaje de que la lengua propia es un factor primordial de progreso social, así como, en dirección contraria, un encastillamiento en el monolingüismo en castellano. A ambos movimientos se corresponde un crecimiento casi simétrico y paralelo de ERC y PP, incipiente pero significativo, a costa de los socialistas, sin que CiU pinche ni corte ni saque la menor tajada. Observad los datos de la evolución electoral por barrios y veréis como lo corroboran, de manera incipiente pero a las claras. En cuanto las circunstancias generales que sitúan a los populares contra corriente cambien, a saber cuando, el doble movimiento cobrará mayor fuerza. Por lo que ya va siendo hora que el PSC retome el antiguo pero siempre actual mensaje del PSUC, bajo forma de bilingüismo efectivo de los que, entre ellos gran multitud de jóvenes escolarizados en catalán, siguen usando el castellano de modo exclusivo y son, en la práctica, monolingües. Sin prisa pero sin pausa.

Me consta que entre los nuevos cuadros del PSC se abre camino esta idea, pero es todavía demasiado minoritaria. El president Maragall mismo es incapaz, ni siquiera en privado, de responder en catalán a un castellanohablante que le pide que no le rebaje y hable su primera lengua, o sea el catalán. La resistencia del aparato socialista al cambio de chip es grande, más que nada por inercia, pero cualquier análisis desapasionado de las conveniencias apunta en este sentido. El objetivo es que todos los catalanes sean tan bilingües que los castellanohablantes salten de idioma con la misma presteza con la que cambiamos los catalanohablantes.

La presencia de Mayte Martín en los actos de la Diada es, en este sentido, un acto natural, de reconocimiento y elevación del rango simbólico del castellano. No así lo entienden en CDC, que aprovecharon la ocasión para aupar bajo cuerda a los que la silbaron, ya que eso pone en evidencia, según sus intereses partidistas, la ´traición´ de ERC a ojos de la mesocracia catalanohablante, feudo en el que pescan casi todos sus votos. Dado que el también flamenco Miguel Poveda está a punto de sacar un disco en el que pone música a poetas catalanes, bueno sería que el año próximo fuera él quien cantara flamenco, en ambos idiomas, en los actos solemnes de la Diada. Pero dando a su bilingüismo musical todo el valor simbólico que encierra, o sea acompañándolo del nuevo e imprescindible mensaje de bilingüismo general efectivo y final de distinciones por adscripción lingüística

lavanguardia/culturas, 21-IX-05