(NarcoMéxico) lo peor, en política, es hacer el ridículo

Escándalo, farsa, burla. Evidencia de severa crisis institucional. Revés mayúsculo para el Gobierno de Felipe Calderón. Triunfo de la impunidad... Esto y más implica para México la liberación del ex alcalde de Tijuana y zar multimillonario de las apuestas, Jorge Hank Rhon, detenido hace doce días por un comando del ejército, en plena madrugada, en su domicilio de la ciudad fronteriza, acusado de posesión ilegal de un arsenal de 88 armas.



Hank, miembro de una de las dinastías políticas más poderosas, ha escapado una vez más de la acción de una justicia que a lo largo de los años ha tratado de vincularlo al narcotráfico, el asesinato de periodistas, la evasión de impuestos, el contrabando de especies protegidas.

El ridículo es ahora aún mayor por la incapacidad de la fiscalía para sostener sus acusaciones, por las irregularidades del proceso judicial y por las consecuencias político-electorales del caso.



"Creo que van a hacer todo lo posible para evitar que se les caiga, porque el costo político sería altísimo... y daría la razón a todos aquellos que dicen que es solamente una acción política sin ninguna motivación real", advertía días atrás Jorge Chabat, experto en seguridad nacional del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Materia había. El excéntrico y oscuro político tiene cola de paja. Pero, como decía ayer la analista Denise Dresser, "el golpe a Hank es un golpe merecido pero mal dado; es un golpe exigido pero mal propinado".



Y el caso, en efecto, cayó. Y no sólo una vez, sino dos. En apenas 17 horas, Hank fue liberado, vuelto a detener y liberado otra vez. La madrugada del martes, una juez federal ordenó su puesta en libertad por falta de pruebas. La magistrada dijo que la Fiscalía General - que ahora apelará-no había acreditado los delitos de acopio de munición y armas de fuego, incluidas unas de uso exclusivo de las fuerzas armadas. Poco después, cuando el acusado se disponía a abandonar el penal de El Hongo, cerca de Tijuana, policías de la Fiscalía local lo arrestaron con una orden de presentación para que fuera a declarar por la muerte de la joven Angélica Muñoz, esposa de su hijo Sergio Hank, que fue asesinada en agosto del 2009. Al cabo de unas horas, sin embargo, era puesto de nuevo en libertad por un juez estatal, también por falta de pruebas.

"Si no funciona una acusación, habrá que recurrir a otra", apuntaba con sorna el columnista Sergio Sarmiento en Reforma,mientras su colega de El Universal,Denise Maerker, subrayaba "la torpeza increíble que deja al descubierto al ejército, a la Fiscalía y a las autoridades estatales, y que contribuye a desprestigiar aún más a las instituciones frente a la sociedad".

Mientras, los principales partidos de la oposición exigían al Gobierno una explicación inmediata por la "politización de la justicia (PRI)" y la "irresponsable utilización del ejército", que según distintos analistas ha desempeñado en este caso funciones de policía judicial sin la orden de un juez de por medio.

El sesgo político de la detención de Hank Rhon fue señalado desde un principio, por la amistad del ex alcalde con Enrique Peña Nieto, actual gobernador del Estado de México y muy probable candidato del PRI a la presidencia de la República.

16-VI-11, E. Sabartés, lavanguardia