´Un Eldorado bajo los hielos´, André-Louis Sanguin

Durante más de tres millones de años un mar de hielo ha estado cubriendo el Árticotodo el año. Sin embargo, el calentamiento global ha motivado, desde hace tres décadas, que su superficie retrocediera considerablemente (a razón del 10% de pérdida de hielo cada década). La desaparición gradual de este capital natural entraña profundas transformaciones. La apertura a la navegación del paso del Noroeste es una de ellas. La otra es la modificación de todo el ecosistema polar afectado donde diversas especies animales podrían estar en peligro de desaparecer (osos polares), mientras que el salmón del Pacífico, el bacalao y el arenque empiezan a emigrar a las aguas árticas. Los desafíos climáticos, políticos y estratégicos del Árticoson de tipo energético, circulatorio y económico. El Atlas Geológico del Ártico, publicado en el 2009 por la Comisión Geológica de Canadá, identificó con precisión los yacimientos de metales preciosos, gas y petróleo. ¡Las grandes empresas mineras del mundo se abalanzaron literalmente sobre el informe! El mar de Beaufort podría encerrar una cuarta parte de las reservas mundiales de hidrocarburos. Gazprom, la gran empresa gasista rusa, ya no disimula sus ambiciones sobre el Ártico y subraya su pericia en materia de extracción gasista en el ámbito polar. Por su parte, Washington rivaliza con Ottawa por el control del petróleo en el mar de Beaufort. Si se explotara petróleo en el Árticomediante extracción marina, hay que ser conscientes de que una marea negra presentaría allí características más catastróficas que en otro lugar, por la sencilla razón de que el petróleo se degrada con mucha mayor lentitud en agua helada que en agua templada.

El petróleo es ya el gran negocio del Ártico en el que Estados Unidos y Rusia se han convertido en principales actores. En lo que atañe a Estados Unidos, la extracción petrolífera en el mar de Beaufort representa el 8% de la producción del país. Los cánones pagados por BP, Exxon Mobil y Conoco Phillips representan el 90% de los ingresos anuales del presupuesto de Alaska. Rusia no le va a la zaga: el 80% de las reservas de petróleo, el 90% de las reservas de gas y el 90% de las reservas de carbón se hallan al norte del círculo polar ártico y en el ártico ruso. En el mar de Barents y bajo la égida de Gazprom, está previsto que el yacimiento marino de Shtokman sea operativo en el 2013 o el 2014.

Contiene 3,8 billones de m ³ de gas; es decir, el consumo de gas de Francia durante ochenta años, así como cinco mil millones de toneladas de petróleo. A la orilla del mar de Pechora, al sur de Nueva Zembla, Lukoil y Total comparten la explotación del yacimiento petrolífero de Kharyaga.

Una revolución en curso concierne asimismo al transporte marítimo. Si el paso del Noroeste fuera navegable durante una parte del año, constituiría una extraordinaria alternativa al canal de Panamá: permitiría ahorrar 7.000 kilómetros; es decir, 15 días de navegación en el trayecto Europa-Asia.

Ahora bien, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea consideran que el paso es un estrecho internacional mientras que, para Canadá, es una parte de sus aguas interiores. Y, desde luego, buques extranjeros han utilizado ya el paso en cuestión.

Pese a su discurso acerado sobre el Ártico, Canadá no parece contar con los medios adecuados para poner en práctica su política: su Armada es débil y este país no dispone de submarinos nucleares ni, sobre todo, de rompehielos nucleares como posee Rusia.

Segura y confiada en su experiencia y en sus recursos, Rusia reivindica un 45% de las aguas internacionales del Árticoy ha plantado su bandera de titanio en el polo Norte en agosto de 2007. Hay notable diferencia con el paso del Nordeste, conocido como la Ruta del Mar del Norte (en ruso Sevmorput), un eje navegable durante los cuatro meses de verano de Múrmansk a Vladivostok a los largo de casi 5.000 kilómetros gracias a los rompehielos de propulsión nuclear. Sin embargo, Canadá ha adoptado una política anexionista, con cierta relación con el concepto chileno de mar presencial.Bajo pretexto de consideraciones ambientales, el Parlamento canadiense votó en junio del 2009 la ley para la Prevención de la Contaminación de las aguas del Ártico,ampliando de modo unilateral el límite del mar territorial exclusivo a 200 millas de la costa, siendo así que la norma jurídica internacional lo fija en 12 millas.

Los derechos en juego en la cuestión del Árticoparecen confiscados en el caso de sus pueblos autóctonos (los inuit, en particular). Al igual que en el tratado Antártico, algunos abogan por un tratado internacional para proteger el Ártico.Sin embargo, el matiz diferenciador es enorme: la Antártida es un continente rodeado de océanos, mientras que el Árticoes un océano rodeado de continentes. El procedimiento utilizado en la Antártida parece de difícil aplicación en el Ártico.

 

A.-L. SANGUIN, profesor de la Universidad de París-Sorbona al. sanguin@ orange. fr, 26-VI-11, lavanguardia