la libertad será, también, mujer o no será

Tres mujeres de países castigados por la guerra, la pobreza y la injusticia fueron galardonadas ayer con el Nobel de la Paz. El premio, dominado de forma aplastante por los hombres, rompe una lanza a favor de las mujeres que, muchas veces de forma anónima, construyen la paz.



Las premiadas son Ellen Johnson Sirleaf, presidenta de Liberia y primera líder elegida democráticamente en un estado africano, su compatriota pacifista Leymah Gbowee y la yemení Tauakul Karman, madre de tres hijos que desde hace meses vive en una tienda de campaña en el centro de Saná desde donde exige libertad y democracia.

Según el Comité del Nobel, se han distinguido "por la lucha no violenta por la seguridad de la mujer y su derecho a participar plenamente en la construcción de la paz". Thorbjörn Jagland, presidente del comité, enfatizó en Oslo: "No podemos alcanzar la democracia y la paz duradera hasta que las mujeres no obtengan las mismas oportunidades que los hombres para influir en el desarrollo social a todos los niveles".

Las mujeres han tenido un papel destacado en la primavera árabe y Jagland resaltó que estas revoluciones "no tendrán éxito si no incluyen a las mujeres". La opresión de la mujer, añadió, "es el asunto más importante" en las sociedades árabes.

Tauakul Karman ha declarado que el premio es para "todos los mártires y heridos" de la primavera árabe y para "todas los personas libres que luchan por sus derechos". Karman, de 32 años, es presidenta de Mujeres Periodistas sin Cadenas, organización que, desde el 2005, defiende los derechos humanos y la libertad de expresión. Forma parte del partido islamista Islah, vinculado a los Hermanos Musulmanes, que lucha contra la dictadura del presidente Saleh.

Ellen Johnson Sirleaf, de 72 años, tiene el mérito de haber conducido la transición de Liberia desde la guerra civil que duró 14 años a una estabilidad que ha permitido impulsar el desarrollo económico y social. Es presidenta desde el 2006 y el martes se enfrenta a una reelección que tiene prácticamente en el bolsillo. Ayer dedicó el galardón "a todo el pueblo liberiano" y dijo que el premio es "un reconocimiento a muchos años de lucha por la justicia." El reverendo sudafricano Desmond Tutu y el músico Bono, líder de U2, aplaudieron la decisión del Nobel.

Sirleaf comparte el premio con Leymah Gbowee, activista de 39 años, que ayudó a sentar las bases del proceso de paz que puso fin a la guerra civil en el 2003. Movilizó a las mujeres de diferentes grupos étnicos y religiosos, que estaban enfrentados, identificó la guerra como una cosa de hombres y consiguió que las mujeres se declararan en huelga de sexo hasta que sus maridos no dejaran las armas.

El Comité Nobel aspira a que el premio a Sirleaf, Gbowee y Karman contribuya "a poner fin a la represión de las mujeres que aún persiste en muchos países y a crear conciencia sobre el gran potencial que cada mujer representa para la democracia y la paz".

8-X-11, C. Mora, lavanguardia