retorno bélico Erdogan-PKK

La operación terrestre contra los guerrilleros de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha comenzado. Es la respuesta a los ataques simultáneos de los terroristas kurdos a puestos del ejército turco en la provincia de Hakkari - efectuados en la madrugada del miércoles-que mataron a 24 soldados e hirieron a 18.

Veintidós batallones con un total de 10.000 soldados se desplegaron ayer en cinco regiones del sudeste de Turquía y en el norte de Iraq donde se refugian los milicianos kurdos. La operación está apoyada por cazas F-16 y F-4 y helicópteros militares del tipo Skorsky y Kobra. El Alto Mando turco dio esta información sin especificar de qué regiones se trata exactamente.

"Esperamos resultados", declaró ayer el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en referencia a esta intervención. Los militares, por su parte, expusieron los objetivos de la operación: "Dar con los traidores, miembros de la organización terrorista que han llevado a cabo esta acción y anularlos". Se trata, por tanto, de encontrar a los autores del ataque múltiple en el que varios destacamentos de las fuerzas armadas en Hakkari, sudeste del país, fueron atacados con morteros, granadas y rifles AK-47 Kaláshnikov.

La ofensiva del ejército contra el PKK es la mayor en tres años. En febrero del 2008, los militares ocuparon durante ocho días zonas del norte de Iraq, la mayoría en las montañas donde se hallan los escondrijos de los hombres armados del PKK. Según el Alto Mando, en aquella incursión dieron muerte a más de 240 sublevados kurdos.

En lo que va de año ya han muerto 110 ciudadanos turcos, civiles y castrenses, a manos de la guerrilla. Desde el 2006, los combatientes kurdos causan al año más de cien muertos. Anteayer y ayer, se registraron, en varias ciudades, manifestaciones de repulsa a los nuevos ataques kurdos. Muchas de ellas tuvieron como protagonistas a escolares. Cientos de ellos protestaron ayer en la célebre avenida Istiklal de Estambul, coreando consignas como "los mártires no mueren, la patria no se divide" o "diente por diente, sangre por sangre, venganza".

Las reacciones en los medios de comunicación fueron claras. Varios diarios publicaron las 24 fotos de los caídos en sus portadas.

El periódico socialista Bir Gün mostraba una sola frase en su portada: "El único camino, la paz". El nacionalista Günes apostaba por: "Cuando nosotros dormíamos ellos derramaban su sangre por la patria". Gran parte de las presentadoras de telediarios trabajaron de riguroso luto al dar a conocer la noticia. Una de ellas no pudo contener las lágrimas al leer los datos de los soldados caídos, la mayoría jóvenes y con escasa experiencia.

Las redes sociales utilizadas por la ciudadanía están colapsadas desde el miércoles con contribuciones relacionadas con el atentado. Incluso las páginas web de los principales clubs de fútbol del país aparecen rodeadas del color negro o con la bandera turca. El país está unido en la consternación.

"No estamos enamorados de la guerra", había hecho público días antes del ataque uno de los líderes militares del PKK, Murat Karayilan. Y las negociaciones de la cúpula del PKK con el Estado turco que duraron meses hasta hace poco son un secreto a voces en Turquía.

Sin embargo, la matanza del miércoles y la dura respuesta del ejército parecen dinamitar toda posibilidad de llegar a una salida negociada de la guerra de baja intensidad entre el Estado y la militancia kurda, que ya ha costado más de 45.000 muertos, entre ambos bandos desde 1984.

A Karayilan también se le conoce por otra frase, no menos lapidaria: "No hemos venido a las montañas a hacer picnic". Cuando el 19 de octubre de 2009, treinta y cuatro militantes del PKK descendieron de las montañas para entregarse a las autoridades turcas fueron recibidos como héroes por sus paisanos. Era un gesto simbólico para hacer avanzar el plan de paz iniciado entonces por el Gobierno.

Hoy, Ankara y el PKK no dialogan, sólo hablan las armas y lo hacen en territorio iraquí.

21-X-11, R. Ginés, lavanguardia