´Puertas giratorias´, Josep Maria Ruiz Simon

Como muchos lectores seguro que recuerdan, Alessio Rastani, un inversor de la City de Londres, se hizo famoso después de confesar en un programa de la BBC que cuando se iba a dormir soñaba con una recesión que le haría rico. En la emisión, este trader, a quien luego algunos quisieron hacer pasar por un impostor, afirmaba que Goldman Sachs gobierna el mundo. Rastani se presentaba ayer en una entrevista como un firme partidario de la inversión en uno mismo y, por esta razón, como un gran lector de libros. Sin duda, entre sus lecturas más o menos recientes, se deben encontrar El Banco: cómo Goldman Sachs dirige el mundo, publicado en 2010 por Marc Roche, corresponsal en Londres de Le Monde, y recientemente traducido al castellano, y Money and power. How Goldman Sachs came to rule the world, de William D. Cohan, editado hace apenas unos meses.

Las puertas giratorias mediante las cuales los directivos de Golman Sachs salen de la banca privada para entrar en la alta política y viceversa son las principales protagonistas de estos libros y ejemplifican con nombres y apellidos el trasfondo oligárquico de las políticas de desregularización financiera, de reformas estructurales y de privatizaciones de estas últimas décadas. Los secretarios del tesoro de las últimas administraciones de EE. UU., los comisarios y presidentes de la Comisión Europea, los ministros de varios países y presidentes de múltiples bancos centrales estatales que han pasado por ellas ilustran cómo puede llegar a ser de retórica la distinción entre el poder político y el poder económico.



Cuando Roche y Cohan escribieron estas obras, Mario Draghi, vicepresidente de la división europea de Goldman Sachs del 2002 al 2006, aún no era presidente del Banco Central Europeo. Y Mario Monti, que en el 2005 fue nombrado asesor del banco de inversiones, no había sido elegido para formar gobierno en Italia. Roche tampoco había podido leer la noticia que informaba de que, un año después de que Robert Zoellick, un ex director administrativo de Goldman Sachs, fuera elegido presidente del Banco Mundial, el portugués Antonio Borges, vicepresidente y managing director de Goldman Sachs Internacional entre el 2000 y el 2008, había sido nombrado para la dirección en Europa del FMI.

Que, en pocos meses, las puertas giratorias de esta multinacional hayan permitido el acceso a puestos clave en la gestión de la crisis en Europa a ex consejeros o ex directivos de un banco que tuvo un importante papel en el estallido de la crisis financiera del 2008 y participó activamente en la ocultación del déficit griego ha situado con razón la fábula del zorro que guarda las gallinas entre los lugares comunes del momento. Pero aún hay quien prefiere hablar de "gobiernos tecnocráticos", como si la técnica fuera un territorio aséptico y neutral y no un instrumento que, como todos los demás, sirve a los intereses de aquellos que se lo apropian.

15-XI-11, Josep Maria Ruiz Simon, lavanguardia