el soldado Manning ante el tribunal

Un año después de la filtración de cientos de miles de documentos confidenciales de Estados Unidos, el caso Wikileaks llegó ayer por primera vez a los tribunales. Bradley Manning, el soldado acusado de entregar los documentos para su publicación a la organización liderada por Julian Assange, compareció en una vista preliminar para decidir si se somete a un consejo de guerra o se le retiran los cargos.

Manning, que lleva 19 meses encarcelado y hoy cumple 24 años, presentaba un aspecto frágil. Menudo y delgado, con cara de no haber roto un plato, uniforme del ejército y gafas de pasta negra, tomó apuntes y respondió con unos escuetos "sí, señor" y "no, señor" a las preguntas del teniente coronel Paul Almanza, que presidía la vista. Si se prueba su culpabilidad, se enfrenta a la cadena perpetua.

La vista, que puede prolongarse una semana, se celebra en Fort Meade, una base militar entre Baltimore y Washington que alberga la Agencia Nacional de Seguridad, el organismo federal encargado de las escuchas internacionales, y el Cibermando, encargado, entre otras tareas, de proteger redes informáticas estadounidenses. La divulgación, por parte de Wikileaks, de documentos sobre Iraq, Afganistán y la actividad diplomática de EE. UU., evidenció la vulnerabilidad de EE. UU. a la hora de proteger su información secreta.

Las cuestiones de procedimiento monopolizaron la primera sesión de la vista. El abogado de Manning, David Coombs, pidió la recusación del denominado oficial de investigación Almanza, que actúa como magistrado. Cuestionó, de un lado, que en su vida civil trabaje como fiscal en el Departamento de Justicia. Alegó que esto representa un conflicto de intereses, porque Justicia también investiga por su lado el caso Wikileaks.

Coombs cuestionó asimismo que Almanza haya rechazado a 34 de los 38 testimonios que solicitó, una lista que incluía al presidente Barack Obama y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Uno de los objetivos de Coombs es demostrar que, en contra de los augurios, el daño que la filtración ha causado a EE. UU. es mínimo. "No creo que mi imparcialidad deba ser cuestionada", replicó el teniente coronel Almanza.

Para algunos, Manning, formalmente acusado de ayudar al enemigo y de violar la ley de espionaje, es un traidor. Políticos republicanos han llegado a pedir la pena de muerte. Otros, como el hacker Adrian Lamo, que le denunció, lo ven como un peón en manos del maquiavélico Assange. Y para otros es un héroe de la transparencia y la democracia.

"Lo que hizo Bradley Manning, si es que lo hizo, fue su obligación", dijo a la entrada de Fort Meade Ward Reilly, un veterano del ejército de 58 años, congregado junto a una treintena de manifestantes que pedían la libertad de Manning. "Lo que debería condenarse son los crímenes de guerra que él expuso".

17-XII-11, M. Bassets, lavanguardia

La defensa alega inestabilidad emocional en el caso Wikileaks

La vista previa por el caso de la filtración de centenares de miles de documentos secretos a la organización Wikileaks concluyó ayer, tras casi una semana de sesiones en la base de Fort Meade. Los abogados del soldado Bradley Manning, acusado de las filtraciones, han alegado inestabilidad sexual y emocional. Esta línea de defensa difiere de la opinión de las decenas de activistas que estos días se han manifestado frente a Fort Meade. Estos insisten en que Manning es un héroe que actuó por motivos idealistas. El oficial que actúa como juez decidirá en las próximas semanas si remitir el caso a un tribunal marcial.

23-XII-11, M. Bassets, lavanguardia