los recursos de Groenlandia

El progresivo deshielo está convirtiendo a Groenlandia en el nuevo Eldorado del siglo XXI. Ubicada en pleno Ártico y con la mayor parte de su extensa superficie cubierta por una gruesa capa de hielo, esta inhóspita y despoblada isla había permanecido durante largos siglos en el olvido. Ahora, sin embargo, el reciente descubrimiento de ingentes cantidades de gas, petróleo, minerales, metales y tierras raras hace que empresas y gobiernos de todo el mundo, empezando por China y los europeos, la miren con creciente interés.

A ello se suman las noticias
cada vez más frecuentes sobre
el progresivo derretimiento de
los hielos en el océano Ártico,
un fenómeno que precisamente
este verano ha batido nuevos récords.
En particular, Groenlandia
registró la menor superficie
de hielo detectada desde que
empezaron las mediciones por
satélite hace ahora más de tres
décadas. Según las observaciones
de la NASA, el 97% de los
glaciares de la isla estaba cubierto
por agua líquida en lugar de
hielo a mediados de julio. Sin
contar con el desprendimiento
de un iceberg de 120 kilómetros
cuadrados (el doble de la isla de
Manhattan) que había tenido lugar
pocas semanas antes en el
noroeste de la isla.
INTERESES COMPARTIDOS
Mientras la aceleración de este
proceso preocupa a los científicos,
otros sectores se frotan las
manos, puesto que la paulatina
reducción de la recia capa de
hielo pone por fin al alcance humano
los atractivos recursos naturales
que se esconden bajo este
territorio.
El propio Gobierno autónomo
groenlandés es el primer interesado
en sacar partido. Con
una población de tan sólo
57.000 habitantes, la economía
de la isla depende en exceso de
la pescayde las ayudas que recibe
de Dinamarca, país al que
pertenece y del que aspira a independizarse
algún día. El desarrollo
de nuevas industrias y
fuentes de ingresos, de hecho,
ayudaría en gran medida a alcanzar
este objetivo.
“Necesitamos algo que cambie
nuestro futuro, nuevas áreas de
negocio, y las principales oportunidades
están en la explotación
de minerales y petróleo y el desarrollo
de proyectos industriales
basados en la energía hidráulica”,
explica Jørn Skov Nielsen,
subdirector del Ministerio de Industria,
TrabajoyRecursos Minerales
de la isla.
Sin embargo, tener importantes
reservas de petróleo, gas, cobre,
hierro, oro y tierras raras no
es suficiente. Caracterizada por
su escasez de capital, tanto financiero
como humano, la isla necesita
más que nunca atraer inversiones,
proyectos e incluso mano
de obra foránea.
Según explicó Skov Nielsen en
un reciente encuentro celebrado
en Copenhague con periodistas y
representantes diplomáticos extranjeros,
“Groenlandia necesita
compañías extranjeras que ayuden
a construir las minas que necesitamos”.
Dichas compañías, sin embargo,
deberán cumplir ciertos requisitos,
tales como unas condiciones
de sueldo y laborales acordes
a los estándares vigentes en
Groenlandia, cuyas garantías son
parecidas al sistema danés. Por
otro lado, el Gobierno busca grandes
grupos que no compitan con
el pequeño empresariado de la región
y que sean capaces de realizar
inversiones importantes y
asumir las medidas de seguridad
que exige el protocolo de extracción
groenlandés, especialmente
riguroso alrededor del sector del
petróleo.
Aparte de las empresas australianas
y canadienses, que hasta el
momento son las que más se han
involucrado en la zona, China es
uno de los países que más pasos
está dando para intentar hacerse
con una parte del pastel.
En este contexto se enmarca la
visita que el presidente chino Hu
Jintao realizóa Dinamarca el pasado
mes de junio, tan sólo dos
meses después de que el premier
WenJiabao se desplazara a Islandia.
Dos viajes que demostrarían
la creciente atención que Pekín
está poniendo en la región ártica.
Según la prensa danesa, de
hecho, tales intereses ya se habrían
empezado a materializar a
través de la empresa London Mining
Greenland, que cuenta con
capital chino y cuyo proyecto sería
contratar a 2.000 trabajadores
chinos para construir un
puerto, una carretera y una mina
de hierro en Isua,a unos 150 kilómetros
de Nuuk, la capital groenlandesa.
Preocupada por la delantera
que le está tomando China, la
Unión Europea también ha empezado
a moverse. El comisario de
Industria, Antonio Tajani, visitó
la isla el pasado 16 de junio para
firmar una carta de entendimiento
con las autoridades groenlandesas
que será examinada por los
países miembros de la Unión Europea
en septiembre. Más allá de
comprometerse a devolver el
35% de las ganancias que aporten
las concesiones, la UE intentará
jugar la baza de sus buenas prácticas
en materia medioambiental.
Un asunto, por cierto, nada desdeñable,
tratándose del frágil ecosistema
ártico.

2-IX-12, G. Moreno, dinero/lavanguardia