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Cronología
1863. Nace el 29 (para algunos el 17) de abril en Alejandría de Egipto, hijo menor de una numerosa familia de nueve hermanos. Su padre es Petros Yannis K., comerciante rico, socio de sus hermanos en la Cavafy & Bros. de Liverpool, con sucursales en Londres y Alejandría. Su madre es Hariclía Fotiadis, perteneciente a una familia aristocrática cristiana del barrio del Fanar, en Constantinopla, y en buenas relaciones con el Sultán. Cuando nace, ya habían muerto dos de sus hermanos, Helini y Pavlos I.
1870. Muere su padre y la familia queda desconcertada, a cargo de la madre.
1872. La madre opta por llevarse a sus hijos a Londres porque allí viven los cuñados. Constantino recibe allí una educación a la inglesa.
1878. La familia decide regresar finalmente a Alejandría y Constantino comienza a recibir educación en una escuela griega por primera vez.
1882. Egipto lucha por su independencia, pero todo termina en una ocupación británica del país. La familia, que estaba a favor de los ingleses, prefiere retirarse a Constantinopla, en donde viven los parientes de la madre, la familia Fotiadis.
1883. Constantino, según cuenta él mismo, tiene su primera experiencia homosexual con su primo Yorgos Psiliaris. También su hermano Pavlos II se revela homosexual, pero hace una vida dispendiosa de dandy que no agrada a Constantino, retraído por naturaleza.
1885. Se decide el regreso definitivo a Alejandría, en la más absoluta pobreza. Constantino comienza a trabajar como agente de bolsa.
1889. El poeta consigue al fin un cargo de empleado público en la Oficina Nacional de Riegos, y lo mantendrá por más de treinta años hasta su jubilación, viviendo con absoluta modestia.
1897. Hace un breve viaje a París y Londres.
1899. Muere su madre Hariclía.
1901 –1903. Hace varias visitas a Atenas.
1922. Después de una oscura vida de empleado, se jubila y se dedica, entonces, a preparar durante diez años la publicación de sus poemas, que nunca logró ver en libro.
1932. Hace su último viaje a Atenas para ser operado de un cáncer a la laringe.
1933. Muere a los setenta años, en el mismo día de su cumpleaños, 29 de abril.
1935. Con el título simple de Ta Poihmata (Ta Poiémata, Los poemas) se hace la edición póstuma sólo de 154 poemas que en vida Kavafis consideró "canónicos". Las ediciones posteriores incluyen un total de 252 poemas (23 proscritos que ya habían sido publicados, 72 inéditos y 3 inéditos en inglés). Se sabe que hay muchos poemas inconclusos pero aún no se ha podido hacer la edición crítica en base a los borradores

Biografía
Nació en Alejandría en 1863. Era hijo de Petros Cavafis, un comerciante originario de Constantinopla, que había hecho negocios en Manchester y se había casado, a su vuelta a Constantinopla, con Jariclía Fotiadis, la hija de un mercader fanariota de diamantes. En 1855 la familia se trasladó a Alejandría, donde nace en abril de 1863 Constandinos Petros, su noveno y último hijo. En 1870 Petros muere, la familia se traslada a Inglaterra en 1872, los negocios quedan a cargo del hijo mayor y se acaban arruinando por su inexperiencia. Vuelven a Alejandría en 1878, donde vivirán al borde de la pobreza.
Los años en Inglaterra de C.P., lo influyen: su contacto con la literatura inglesa lo seguirá toda su carrera, adquiere los modales ingleses que lo caracterizan y su segunda lengua será el inglés, de modo que se dice que habló griego con cierto acento británico. De hecho su primera literatura adolescente será en inglés.
A la vuelta a Alejandría recibe su última educación formal en el Liceo Hermis, una escuela de comercio de la comunidad griega. Debido a los disturbios que llevarán a la intervención inglesa en Alejandría, la familia vuelve a trasladarse a Constantinopla en 1882. Allí escribe sus primeros poemas (En Inglés, Francés y Griego) y tiene sus primeras relaciones homosexuales.
De vuelta a Alejandría (1885), empieza a trabajar en un periódico y en 1888 ayuda a uno de sus hermanos como agente de bolsa. Se dedica mientras a escribir poemas y algunos ensayos, como uno titulado Devuelvan los Mármoles de Elgin. A los 29 años entra como becado al Ministerio de Obras Públicas, en el servicio de riegos, irá ascendiendo, siempre con el impedimento de pertenecer a la minoría griega, hasta que en 1922 se retira como director asistente. Esta ocupación será su principal y acomodada fuente de ingresos.
Vivirá en Alejandría con muy escasos viajes (A París, Londres y Atenas) hasta su muerte en 1933.
De sus datos biográficos se puede deducir una poco intensa vida personal, lo que tampoco significa que fuese un personaje solitario. Vivió con su madre hasta que ésta murió, en 1899, luego con algunos de sus hermanos, y finalmente solo. Sólo se le conocen dos amores y pasajeros y no vivía acomplejado por su homosexualidad. Su mayor y más larga amistad fue con Alexandros Singopoulos.
Cavafis mantuvo intercambios literarios con otros escritores, por ejemplo una relación de veinte años con E.M. Forser. Muchos de los que lo visitaron hablaron no sólo de su receptividad, sino de sus muy interesantes conversaciones sobre historia y cultura.
Nunca en vida publicó un volumen de sus obras, imprimía poemas sueltos, a lo sumo cuadernillos sujetados por clips en tiradas para los conocidos.
Por esta actitud y por otras causas fue un desconocido en el panorama literario griego hasta después de su muerte, sólo recibe una condecoración del dictador Pángalos en 1926 y ciertos reconocimientos a partir de 1930 debido a su creciente popularidad en Inglaterra, gracias a figuras como T.S. Elliot, que publica su traducción de Ithaka. Fue sobre todo a partir de sus diez últimos años de vida que empieza a ser estudiado. Entre sus posteriores estudiosos encontramos a Y. Seferis, W.H. Auden, C.W. Bowra y M. Yourcenar.
Lo que le hizo poco popular en su tiempo fue quizá lo mismo que le hizo único: Su frugalidad de figuras retóricas, su vivo sentido de la historia, su apoyo al helenismo, junto con cierto cinismo político, su uso de la lengua popular mezclada con cazarévusa y los coloquialismos, su adelanto al tratar el tema de la homosexualidad y su absoluta perfección estética, que llega hasta la apariencia tipográfica de sus poemas.

Literatura
Cavafis publicó poemas desde 1891, pero reniega de casi todos los de esa década en su corpus de poemas canónicos, que son 154, el primero de ellos, Murallas, de 1896 y el último En las proximidades de Antioquía, de 1933.
Los años más críticos para la formación de su estilo están entre 1896 y 1904. Es entonces cuando abandona su papel de sucesor del Romanticismo. Murallas, con su sobriedad, expresa el aislamiento del hombre de este siglo. Otros poemas de este tiempo van mostrando más rasgos de su estilo: la melancolía post romántica en "Velas" y el elemento histórico y mitológico de "Caballos de Aquiles" y otros. La dignidad humana de "che fèce... il gran rifiuto", el cumplimiento del deber de "Termópilas" y la mezcla de historia y dramatismo de "Esperando a los bárbaros" van configurando lo que los críticos conocen como "La ciudad de Cavafis".
Una vez alcanzada la madurez, no se separará de su estilo, compondrá la mayor parte de sus poemas después de 1911 con cierta decadencia en número al final.
Su obra la clasificaba en tres áreas, atendiendo a su expresión poética: filosóficos, históricos y eróticos. Esto no impide que semánticamente los poemas de cada clase puedan tener esos temas u otros entremezclados bajo una forma determinada.
Respecto a sus poemas eróticos, muchos críticos han exagerado su hedonismo homosexual, sus poemas más eróticos son posteriores a 1915, y aun con su franqueza, conservan la nobleza y dignidad de los otros, se entremezcla lo artístico y lo erótico.
Los poemas históricos son los más característicos, hasta 1910 hay ejemplos como: Esperando a los bárbaros, El rey Demetrio, Los pasos y Es él. En 1911-12: Dios abandona a Antonio, Filoheleno y Reyes alejandrinos. Los poemas históricos tienen contenidos también hedonistas y didácticos, pero encerrados tras la máscara de la historia. Este secretismo ha sido objeto de discusión, lo más probable es que Cavafis intente con él dar forma a ideas difícilmente expresables de manera directa. Los personajes históricos de Cavafis tienen su propia personalidad, se llevan la importancia que no tiene en su poesía, como en la de otros, la naturaleza. Los períodos de la historia abarcados en las ambientaciones de los poemas son variados: auge y declive del Helenismo, mundo greco-romano, lucha contra los cristianos o el Período bizantino. El lugar más importante de sus poemas es Alejandría, que se convierte en un símbolo.
Los poemas didácticos o filosóficos giran en torno a ciertas temáticas recurrentes: El destino irrevocable (Murallas), El sentido del deber y la dignidad humana (Termópilas) y la vanidad de la grandeza humana (Dios abandona a Antonio).
El estilo de Cavafis es en general pulcro y sobrio, carece casi de imágenes. Intenta expresar hasta lo más profundo de manera clara, pretende fijar una realidad, en ese sentido se le puede considerar un poeta 'clásico' dentro de la literatura griega moderna. Por otro lado hay composiciones en que resalta un barroquismo que hace contraste: como en Reyes Alejandrinos.
Sus versos se preocupan más de su parte prosaica que de su forma, conforme a su realismo. La métrica es yámbica deliberadamente descuidada: número desigual de sílabas, rimas sólo irónicas o versos cortados. Todo esto no impide que trabaje hasta el último detalle estético del poema.
La lengua que utilizó en un principio es cazarévusa, que luego se va haciendo mixta, básicamente dimiotikí, con ciertas desviaciones hacia la cazarévusa y a expresiones idiomáticas de Constantinopla. Para entender este uso de la lengua hay que tener en cuenta:
a) Que su madre procedía de familia fanariota, elite griega del Imperio Otomano que siempre se asoció a la lengua cazarévusa y que C.P. se sentía muy identificado con su origen Constantinopolitano.
b) Que aprendió el griego como lengua literaria después del inglés, luego no la podía usar con tantas raíces populares como otros.
c) Su aislamiento con respecto al resto de movimientos culturales del momento, especialmente el dimoticismo, con sus tradiciones y su nacionalismo.
Respecto a la temática, se sitúa en el centro lo que se puede denominar 'El drama de Caváfis', basado en su propia experiencia personal: la imposibilidad de romper el aislamiento (Murallas), la imposibilidad de la huida (La Ciudad), la consciencia de que los monstruos siempre le acompañan en su interior (Itaca).
Esto le lleva a otra de sus temáticas básicas: el intento de llenar el vacío interior, siempre individualista, nunca colectivo. El fracaso personal del autor dota a los personajes de indiferencia y decepción. Este vacío se ve en poemas como En una ciudad de Asia menor, en el que los ciudadanos crean una proclama a favor de Antonio, al haber ganado Octavio, cambian sólo el nombre de la proclama, ya que los elogios daban lo mismo. Y sobre todo en Esperando a los bárbaros: Una civilización agotada espera la llegada de los bárbaros para volver al estado primitivo, pero los bárbaros no llegan, no existen.
Otro rasgo temático de Cavafis es la expresión de la complejidad psicológica, con ejemplos como Darío y Mires. Además de un análisis fatalista de la realidad y de sí mismo, como ejemplo Soberano de Libia Occidental, en el que describe a un personaje de aspecto sobrio, culto y digno que en realidad es un hombre vulgar e insignificante, que parece prudente sólo por su desconocimiento del griego.
El filohelenismo de Cavafis es de carácter cultural, no activista o nacionalista, es como el que podría tener un extranjero. Se nota en que pese a la convulsa época de la nación griega que le toca vivir (expansión, guerras, éxodos...), se centra en la historia antigua. Dentro de la temática histórica se sentirá más atraído por figuras híbridas de lo griego y lo asiático, de épocas como el helenismo y el período bizantino. Su posición frente al cristianismo es dual, si bien cuando trata el enfrentamiento entre Cristianismo y Paganismo se pone al lado del primero, cuando trata a la Iglesia Ortodoxa le atrae sólo la parafernalia oriental de los ritos, no la espiritualidad, por ejemplo: En la Iglesia.
El Erotismo en Cavafis es un tema de controversia, como dijimos, se trata normalmente de una sensualidad bastante calculada para no desbaratar su poesía. Encontramos un ejemplo en Herodes Ático.


Entre las múltiples voces que lograron modelar el corpus de la literatura neogriega, sobresale con especial interés la de Konstantino Kavafis (1863-1933). El poeta griego lírico por excelencia, sin embargo, no nació ni murió en Grecia, sino en Alejandría, Egipto, rodeado por todas partes del mundo árabe. Con excepción de cuatro breves viajes a Atenas (el último para operarse de cáncer en la garganta en 1932), y uno a París, sólo en la niñez y la adolescencia conoció Kavafis ambientes distintos al de su Alejandría natal. Nunca publicaría un libro de poemas: su obra se dispersa en ediciones periódicas, hojas sueltas que envía a sus amigos y admiradores; dos folletos aparecidos en 1910, no pueden catalogarse como libros. Su obra madura la constituyen algo más de un centenar y medio de poemas, breves la mayoría. Además, se conservan treinta y tres composiciones de juventud y otros sesenta que Kavafis no llegó a publicar, pero que tampoco repudió. A pesar de una obra tan exigua y de mantenerse alejado de Grecia, resume el espíritu neogriego en la lírica. “Su única ambición es permanecer helénico”, dice Yorgos Seferis, otro gran poeta de la Hélade. Y añade: “Este gramático a veces causa la impresión de ser un místico sin Dios”. Sus composiciones tienen la suerte de haber sido escritas después que Charles Baudelaire dinamitara el concepto de unidad entre poesía y el Yo empírico. No podemos buscar biografía, aunque sea sentimental, en el poema. Es una máscara lo que habla al lector. Como recuerda Pessoa, el eterno enmascarado: “El poeta es un fingidor”. Pero Kavafis finge como reacción; su escritura es sincera. Funde el mundo antiguo, el medieval y el contemporáneo en un resumen mítico que confiere atractivo a su poesía. Enmascara el Yo biográfico como convención formal para no engañar. Esa aparente contradicción también estaría en la vida de Kavafis. “Muchos poetas son exclusivamente poetas", dice, “yo soy poeta-historiador”. Otra vertiente de la obra kavafiana es la erótica, en la cual anhela lo ausente y desea lo presente. Abocado a una civilización moderna supuestamente autodestructiva. Kavafis se lamenta con ironía en “Esperando a los bárbaros”. (Saturnino Rodríguez)