´George Yúdice: un nuevo concepto de propiedad intelectual´

George Yúdice: un nuevo concepto de propiedad intelectual

George Yúdice ("Política cultural", "El recurso de la cultura"; Gedisa) defiende un nuevo concepto de propiedad intelectual.
lavanguardia, 18-V-05.

"Estoy contra los disidentes puros, esos que nunca se acercan al poder. Yo defiendo la disidencia con incidencia". El norteamericano George Yúdice parecía feliz ayer, poco antes de su conferencia en CaixaForum, de que su participación en el ciclo Disidencias le hubiera inspirado un concepto -la disidencia incidente- al que piensa sacar jugo. De momento, lo utilizó para defender el establecimiento de un nuevo tipo de propiedad intelectual, un proyecto que promueven países como Brasil o China.

Yúdice, uno de los más destacados pensadores hispanos en el mundo académico estadounidense (es profesor en la Universidad de Nueva York), critica aquellos pensadores -los neosituacionistas, por ejemplo- que "sólo legitiman aquella disidencia que no toma poder, es decir, la que cede" y también a los que "rechazan las formas de movilización no tradicionales aduciendo que son apropiables por el capitalismo". Para Yúdice, "Paolo Virno y los adalides de la multitud plantean cosas de difícil concreción. Cuando hablamos de gente real, en la práctica, las cosas suceden de otro modo, todo resulta menos puro. Estoy por una disidencia compleja, transigente, mixta y sobre todo con incidencia".

El pensador defendió dos ejemplos de "disidencia incidente", uno desde arriba y otro desde abajo. El primero, el proyecto que encabeza Brasil -y al que se han sumado China, India y otros estados "acaso no movidos por los mismos principios éticos que los brasileños"- de fundar un nuevo régimen de propiedad intelectual. "Se trata de una experiencia que ya tuvo éxito en 1996, aplicada a los medicamentos contra el sida, cuando el gobierno brasileño impuso una enorme bajada de precios a las farmacéuticas. Hay que aplicar ese principio a los bienes culturales, y poner al ciudadano por delante de los beneficios. El actual sistema es horrible: yo no he podido incluir una cita de los Beatles en mi último libro porque pretendían cobrarme 1.000 dólares por ella. El ministro Gilberto Gil, músico tropicalista y, como tal, hijo de los samplers y las mezclas, sabe que el actual sistema es un freno enorme a la creatividad. Por eso ha contactado con una organización internacional, Creative Commons, que pone obras en el dominio público, en internet, salvándolas de las garras de las empresas discográficas. Los usuarios de esa música pagan por su uso, si pueden, y va directamente al autor. Brasil está sumando cada vez más estados al proyecto de un gran archivo musical en la web, donde los autores sitúan voluntariamente sus obras, un espacio público vetado a las discográficas". ¿No perjudicaría ello a los creadores?, preguntamos. "En absoluto: hoy quienes se enriquecen son las empresas, los creadores se llevan un porcentaje ínfimo; con el nuevo sistema, ellos percibirían cantidades por lo menos semejantes a las actuales".

Para Yúdice, esta iniciativa "es una lección para todos aquellos que creen que los estados han sido superados. El Estado, para temas así, es fundamental, porque difícilmente una red de individuos llevará a buen término un proyecto semejante. Se necesita un contrapoder fuerte a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)".

El otro ejemplo de disidencia, esta vez desde abajo, fue el de los grupos de jóvenes de las favelas de Río de Janeiro que se autoorganizan desde hace 12 años hasta el punto de que "ya tienen suficiente fuerza para negociar con otros poderes, como el Estado, los narcotraficantes y el mercado, y consiguen cosas".

Yúdice intenta aplicar el principio de sostenibilidad a lo cultural. "De la misma manera -ilustra- que no queremos beber agua podrida, habría que rechazar que la televisión contamine la sociedad con malos modelos y baja calidad. El otro extremo son los gobiernos que solamente apoyan la cultura elitista porque eso tampoco es sostenible, ya que desquicia la participación de todos los grupos sociales, priorizando tan sólo a uno de ellos".