Los protestantes avanzan en América Central

Los protestantes avanzan en América Central
La marginación de la teología de la liberación ha favorecido el auge de los credos evangélicos

En las calles céntricas de cualquier capital centroamericana se ven antiguas salas de cine reconvertidas en templos. En las marquesinas que antes anunciaban los estrenos de las películas ahora hay grandes carteles que rezan Dios es amor y Oración fuerte al Espíritu Santo.
Aunque América Latina reúne más de la mitad de los fieles católicos del mundo, esta supremacía se ve erosionada por el avance de credos protestantes. En sus viajes por el continente americano, Juan Pablo II atraía multitudes, pero muchos se cuestionaban si aquellas concentraciones servían de verdad para promover la fe católica o era poco más que un espectáculo mediático que no dejaba mayor poso.
El frenazo impuesto en 1984 por el Vaticano a la llamada teología de la liberación, que tenía su razón de ser en la opción preferencial por los pobres, desorientó a muchos católicos. La teología de la liberación no era una teología en sí como se la conoce en Europa, sino una corriente de pensamiento que estaba al lado de los pobres, con las comunidades de base. "No nos destruyeron pero sí frenaron todo el ímpetu con el que se estaba trabajando en América a favor de lo pobres", dice el teólogo y ex sacerdote Leonardo Boff.
En los sectores eclesiales progresistas de Centroamérica se confía en que el nuevo Papa abra los brazos, o al menos no margine, a sacerdotes y fieles que mantengan la opción preferencial por los pobres.
José María Vigil, teólogo español residente en Managua, señala que el neoliberalismo y la globalización, "siendo como son enemigos de los pobres y estando como están en pleno auge, no hallan ahora en los teólogos el eco que encontraron en la década pasada los enemigos de turno de los pobres (dictaduras militares o el capitalismo de entonces)". Pero junto al silencio de los teólogos está el silencio que impusieron a aquellos innumerables cursos, cursillos, seminarios de formación, de actualización, de renovación teológica... que hace unos años se realizaron por toda Centroamérica y que han desaparecido. Vigil apunta que el silencio actual de la teología de la liberación es la actitud más coherente, porque "no estamos ya en un tiempo apto para denuncias y proclamaciones proféticas, sino para un silencio sapiencial, que hable con la vida sencilla y diaria, no con palabras sino con hechos, con el testimonio".
"Tuvimos dos iglesias paralelas. La de Roma y la de los cristianos en cuyos problemas la Iglesia oficial se vio rebasada y no supo dar respuesta", señala el obispo catalán Pere Casaldàliga, quien estuvo muy comprometido con los movimientos populares centroamericanos.
Esta falta de respuesta de la Iglesia a los problemas cotidianos, unida a la nominación de obispos conservadores en diócesis clave -en San Salvador fue designado un prelado del Opus Dei- y a la marginación de los clérigos que más se comprometían con la causa de los desheredados, provocó una recesión en las comunidades de base, sustento del catolicismo centroamericano.
El vacío provocado por la jerarquía católica fue aprovechado por los predicadores protestantes, que en pocos años multiplicaron sus fieles, hasta el punto de que Centroamérica ya no es homogénea desde el punto de vista de la fe. "El pluralismo y la competencia dominan hoy el escenario religioso de América Latina y esa tendencia aumentará en los próximos años", dice el teólogo luterano Walter Altmann.
El crecimiento de las iglesias evangélicas en Guatemala es un fenómeno que asombra a los estudiosos de temas religiosos: en 25 años pasaron del 18% al 32% de la población, con un efecto multiplicador en la región. La disminución de los católicos es más notoria si se considera que menos de la mitad se declara practicante.
El auge de las doctrinas protestantes es evidente en el resto de América Central, donde construyen templos, crean universidades, emisoras de radio y cadenas de televisión. En los últimos años propiciaron la aparición de partidos políticos que los representan, como ocurrió en Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Latinoamérica: 462 milions. Cat: 78’26%; prot: 8’22%; no rel: 2’72%; espiritistas: 2’04%; alt.crists: 7’05%; musul: 0’28%; altres: 1’43%.

Joaquim Ibarz, lavanguardia, 11-IV-05.