la calle israelí presiona a Sharon

la calle israelí presiona a Sharon

Henrique Cymerman, LV, 24-XI-03.

Los israelíes optimistas aprenden inglés, los pesimistas árabe y los realistas aprenden a nadar en el mar para huir”, cuentan en Israel estos días. Algo se cuece en la sociedad hebrea, en torno al conflicto con los palestinos. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, está sometido a la presión internacional incluso de su gran aliado, Estados Unidos. Sin embargo, lo que más parece preocuparle es la creciente presión de la opinión publica israelí. Ami Ayalon, general en la reserva y ex jefe de los servicios secretos internos Shin Bet, que encabeza una campaña llamada “Firmando para la paz” –y que ha logrado la firma de apoyo de 150.000 personas en los dos pueblos–, afirmó refiriéndose a Sharon: “Un capitán que no sabe cuál es el destino que desea alcanzar no podrá tener ningún viento en el mundo que le lleve a un destino”.

Todo empezó con un grupo de 27 héroes nacionales, pilotos de la fuerza aérea, encabezados por un general en la reserva que firmaron una carta en que rechazaban participar en operaciones militares en Gaza y Cisjordania en que pudiera haber víctimas inocentes. Posteriormente, el oficial número uno del Ejército, el jefe del Estado Mayor israelí, Moshe Yaalon, que dirigió la campana militar durante parte de la “intifada”, criticó la política del Gobierno en Gaza y Cisjordania y aseguró que “no fue suficientemente generosa con el anterior Gobierno palestino de Abu Mazen ni con la población civil no vinculada con los atentados”. Luego empezó la campaña de Ayalon y del catedrático palestino Sari Nusseibe.

Después, la “Iniciativa de Ginebra”, el primer acuerdo de paz totalmente detallado y acompañado de mapas precisos, firmado por ministros y ex ministros palestinos e israelíes y altos cargos en la reserva de ambas fuerzas de seguridad. Para el escritor Abraham B. Yeoshua, “aunque se trata de un documento de carácter privado, podrá servir de modelo para el futuro, como la luz de un faro a lo lejos, que señala un objetivo muy lejano pero factible”.

Ambos documentos plantean la fórmula de paz basada en los siguientes principios: “Dos estados para dos pueblos”, Jerusalén capital de los dos países, renuncia palestina al retorno de los refugiados palestinos, desmantelamiento de parte de las colonias judías e intercambio de territorios. En los últimos días, los 6,7 millones de israelíes recibieron en los buzones de sus casas la “Iniciativa de Ginebra”, donde se recogen todos los puntos acordados. En los cafés se podía ver gente leyendo atentamente el amplio y detallado folleto.

Detallan que de los 400.000 israelíes que viven más allá de la frontera de 1967 –unos 240.000 colonos de Cisjordania y Gaza y 160.000 habitantes judíos que viven en Jerusalén Este–, 300.000 seguirían bajo soberanía israelí y el resto sería evacuado. Para permitir que las colonias judías más allegadas a las fronteras sean incluidas en Israel, 163 kilómetros de Cisjordania se sumarían al territorio israelí, y a cambio Palestina recibiría territorios israelíes adyacentes a la Franja de Gaza y en la Judea Occidental. Pero quizás el evento más significativo ocurrió cuando el popular diario “Yediot Ajaronot”, leído por muchos de los seguidores de Sharon, logró reunir a cuatro ex jefes del Shin Bet: Abraham Shalom, Yaacov Peri, Carmi Guilon y Ami Ayalon, quienes aceptaron reunirse para decir que “Israel se encuentra al borde del abismo”.

Peri afirmó: “Tememos por el futuro del Estado, que en todos los campos se dirige casi a la catástrofe. Si seguimos viviendo con la espada en ristre nos destruiremos”. Guilon añadió que “el país va de mal en peor: se ocupa de cómo evitar el próximo atentado y no de cómo salir del laberinto en que nos encontramos”. Shalom subrayó que “hay que reconocer que existe otra parte (los palestinos) que no tratamos de forma correcta”. Ayalon, por su parte, subrayó que “el que ni los palestinos ni nosotros veamos un futuro mejor es consecuencia de lo que todos hacemos en la actualidad, y eso es lo más terrible”.

A todo esto hay que sumar las investigaciones según las cuales entre el 2010 y el 2020 los palestinos se convertirán en mayoría en territorio israelí, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Esto pondría en peligro el carácter judío o el sistema democrático de Israel, ya que para preservar dicho carácter y ante la futura mayoría árabe habría que anular la fórmula “un voto, una persona”, es decir, la democracia.

Cuantos menos atentados suicidas hay en Israel más intenso es el debate en el seno de una sociedad plural. Sharon es consciente de que el tiempo se agota y los próximos cuatro años, si las elecciones no son anticipadas, serán decisivos. Sabe que aún goza de la mayoría de la sociedad israelí pero que ésta, que hace dos años aún le firmaba un cheque en blanco, ahora le insinúa que si no es capaz de llevar el barco a buen puerto lo reconozca y se vaya a casa.