ˇInteligente, más que inteligente!

¡Inteligente, más que inteligente!

Durante la última emisión del programa Supermodelos 2006 (Cuatro) veo a una concursante soltarle a otra: "Porque tú eres muy inteligente, y aquí dentro lo eres todavía más". La chica llama "inteligente" a su competidora en tono de reproche: inteligente es hoy sinónimo de artero, astuto, urdidor, calculador, falso. En un programa de telerrealidad, un concursante descalifica a otro llamándole directamente "inteligente"...

Sí: entre los jóvenes españoles, inteligente es hoy un insulto, y de los peores, de los más infamantes, según aprendo en nuestros programas de telerrealidad. Tengo observado que en ellos el valor supremo en la jerarquía de los valores juveniles es el llamado sinceridad, sea eso lo que sea.

Tengo observado que en esos programas el término sincero es el que suele emplearse en lugar de impertinente. Cuando alguien es faltón, borde, maleducado e impertinente, proclama a los cuatro vientos, con máximo orgullo, que es "sincero", plenamente convencido de que esto le hace merecedor del máximo respeto y consideración públicos. Frente al sincero estaría el inteligente, claro, criatura execrable y condenable por excelencia: el inteligente es ese ser que evita ofender, elude el conflicto...: ¡lo peor de lo peor, nominémosle!

Ah, y cuando alguien es definitivamente borde, arguye que "tengo mucho carácter", y tan ancho (y todos asienten, ganándose el derecho a ser también muy bordes). Los programas de telerrealidad en España, en fin, son los máximos generadores de un neolenguaje cotidiano que anonadaría al mismísimo Orwell, el del Gran Hermano original, y también a Huxley, el de Un mundo feliz,que es éste en el que vivimos todos.

(Víctor-M. Amela, lavanguardia, 10-IX-06)