estrategias contra la segunda residencia

estrategias contra la segunda residencia
Sílvia Fernández, 30-VI-06.

La moratoria turística, que está desplazando la construcción hacia los pueblos del interior, y la creciente demanda de viviendas por parte de visitantes extranjeros está originando una gran presión sobre el rico territorio de Lanzarote, isla declarada reserva de la biosfera. Esta es la opinión de grupos ecologistas y también de la consejera de Turismo Interior del Cabildo de Lanzarote, María Ángeles García. "Lo que está sucediendo es que se están conteniendo los apartamentos turísticos pero está construyéndose mucho en los pueblos, lo que supone un gran impacto medioambiental", añade.

En la última década la oferta residencial en Lanzarote se ha multiplicado por cuatro, según datos del Cabildo. Por eso el Cabildo ha impulsado el denominado plan territorial especial, todavía pendiente de aprobación, con el objetivo de restringir la construcción de segundas residencias: sólo se otorgarán licencias, cada año, que no superen el 2% de la oferta total actual. La demanda de viviendas por parte de ciudadanos extranjeros se ha acelerado en Canarias. El clima, benigno todo el año, anima a muchos europeos a apostar por estas islas.

El presidente de la Asociación Hotelera de Tenerife (Ashotel), José Fernando Cabrera, coincide en afirmar que la segunda residencia tiene un gran impacto medioambiental sobre el limitado territorio de las islas. Por ello, aboga por fomentar la fórmula turística del time-sharing o tiempo compartido como vía de reducir este impacto frente a la segunda residencia. Según apunta, esta fórmula consume entre 10 y 12 veces menos de territorio que una vivienda y además lo aprovechan entre 30 y 40 personas al año. Fuentes del Patronato de Turismo de Gran Canaria tienen la misma visión: "La de la segunda residencia es un tipo de colonización que no interesa, son camas que muchas veces al año están desocupadas. Son personas que consumen menos que el turista que viene una semana o quince días. A nosotros no nos interesa".

En las zonas sur de Gran Canaria y Tenerife los turistas están adquiriendo apartamentos turísticos construidos en la década de los 70 y de los 80 y que hoy se encuentran totalmente obsoletos. Este uso residencial degradado supone la generación de verdaderos guetos de infraviviendas en las zonas turísticas.

El presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), Fernando Fraile, considera que sólo cuando se comiencen a construir viviendas residenciales de uso turístico se podrán evitar los efectos perversos de la segunda residencia y comenzará a ser una oportunidad. "Se está perdiendo una ocasión de oro de recibir otros ingresos y de regular las viviendas turísticas", señala.

Olivia Estévez, consejera de Turismo del Cabildo de Fuerteventura - donde comienza a despegar con fuerza la segunda residencia-, estima que este tipo de turismo es un "beneficio" para su isla. En el mismo sentido se expresa la gerente del Patronato de Turismo del Cabildo de La Palma, Ana Castañeda. Esta isla comenzó a vender viviendas a los turistas hace entre 15 y 20 años y en la actualidad cuenta con unos 7.000 propietarios extranjeros, muchos de ellos jubilados y otros, personas de mediana edad con profesiones liberales como periodistas o escritores. También hay pintores y músicos. Castañeda asegura que en La Palma la compra de viviendas por turistas ha resultado una experiencia "muy positiva", ya que los extranjeros cuidaron y mantuvieron desde el inicio la arquitectura tradicional de las casas. "Ellos han cuidado mucho lo nuestro y mantuvieron todo lo que había en una época en la que nosotros enseguida demolíamos para construir un bloque", asegura Castañeda.

El número de turistas con una segunda residencia en el archipiélago canario ronda actualmente las 60.000 - hay alrededor de 20.000 propietarios en las islas de Gran Canaria y Tenerife; unos 10.000 en Lanzarote y Fuerteventura y unos 7.000 en La Palma-, cuando el destino recibe unos doce millones de turistas anuales. Y, si bien, la adquisición de viviendas por parte de turistas es un fenómeno que está en auge en Canarias - sólo en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, al sur de Gran Canaria entre el año 2000 y mediados del 2006 han adquirido viviendas un total de 2.785 extranjeros- , las fuentes consultadas consideran que nunca se llegará a situaciones de masificación como las que están viviendo numerosas localidades del litoral mediterráneo.


No me imagino irme de aquí.

Alex Otto Poschel, de 60 años, llegó a Canarias, con su mujer y una pequeña orquesta de ocho personas, hace 26 años contratado por una sala de fiestas del sur de Gran Canaria. Ésta era la primera vez que visitaba Canarias. Según cuenta, nada más llegar se quedó encantado con el clima y el sol, "brillando todos los días". Durante varios años estuvo trabajando con la orquesta, tocando para turistas europeos en hoteles y discotecas, y poco a poco "se fue dando cuenta de lo cómodo y fácil" que era vivir en las islas.

Tras unos años viviendo en el sur de Gran Canaria, él y su mujer decidieron comprar una vivienda y fijar su residencia en el archipiélago. Los altos precios, sin embargo, les llevaron a construirse su propia casa, hace ya diez años. "Aquí se vive muy bien y por eso nos quedamos", apunta. "Esto es tan bonito y estoy tan integrado, con tantos amigos españoles que no me puedo imaginar irme. Esta es mi vida", añade

En la actualidad, Alex sigue tocando con su mujer en algunos hoteles de la isla y tiene un programa de televisión en una pequeña cadena local, llamada Radio TV Local Sur, donde presenta un programa en español y alemán. Además, participa de la política del municipio sureño de San Bartolomé de Tirajana.