--Reino Unido: euroescépticos que ansían vivir en el Mediterráneo

Reino Unido: euroescépticos que ansían vivir en el Mediterráneo
Rafael Ramos.

Los británicos tienen tantas contradicciones como cualquier otro pueblo.

LNo quieren saber nada del euro, pero un número cada vez mayor tiene el sueño de vivir en el continente europeo, preferiblemente bajo el sol del Mediterráneo. Existe una tradición de insularidad, pero son viajeros por excelencia. El euroescepticismo marca la política exterior, pero 14 millones de ciudadanos del Reino Unido residen en otro país.

La costa española es uno de los destinos favoritos de los británicos, tanto para ir de vacaciones como para establecerse. Las cifras oficiales hablan de unos 750.000 que viven, trabajan o están jubilados en España, aunque se calcula que el número real supera el millón. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística cuantifican en 227.187 los británicos residentes en España, a partir de los datos del padrón.

Los factores que impulsan a los británicos a abandonar las islas van de la necesidad vital de huir de la lluvia y la falta de luz al poder de la libra esterlina y el coste desmesurado de la vivienda en Gran Bretaña.

Muchos deciden que con la venta de su casa pueden adquirir algo más grande y mejor en un clima soleado, y vivir dignamente pero sin lujos con la pensión, los ahorros y alguna renta o ingreso adicional.

Una encuesta realizada recientemente por el grupo de inversiones Alliance llegó a la conclusión de que un tercio de los 66 millones de habitantes del Reino Unido considera la posibilidad de irse a vivir al extranjero, y que entre ellos figura un número creciente de jóvenes desencantados con la calidad de vida en el país y las enormes dificultades para adquirir un primer piso de propiedad - sobre todo en Londres y las regiones más prósperas de Kent, Surrey, Essex y Sussex-. La escasez de nuevas viviendas y la especulación han situado el precio medio en casi 300.000 euros.

En la actualidad, 550.000 pensionistas británicos residen en el extranjero, pero se calcula que puede tratarse de más de un millón y medio en el 2010 y de hasta seis millones en el año 2020, con las enormes consecuencias demográficas que ello implica. Aproximadamante la mitad de quienes hacen la mudanza se desencantan al cabo de un año y regresan al Reino Unido, alegando como motivos la morriña de la familia y de los amigos, el desconocimiento del idioma y los problemas de adaptación a una forma de vida y cultura diferentes. Entre 1994 y el 2005, según estadísticas oficiales, 1,7 millones de británicos abandonaron el Reino Unido, pero casi un millón regresó a casa después de una aventura en otros países.

Unos 700.000 británicos tienen propiedad inmobiliaria en el extranjero, cifra que se calcula que aumentará hasta dos millones en el próximo quinquenio. El boom es tan grande que los grandes turoperadores han empezado a ofrecer la venta de casas en España, Francia, Italia, Grecia o Turquía a través de sus páginas web, organizando viajes para visitar las posibles opciones de compra y ocupándose de todos los trámites bancarios y notariales a cambio de una tarifa. Bancos y entidades financieras del Reino Unido han establecido oficinas en el extranjero para proporcionar hipotecas en euros o libras esterlinas, con empleados que hablan inglés.

Al sueño de establecerse en el extranjero han contribuido programas de televisión como A place in the sun - donde los llamados expats (expatriados) británicos relatan sus experiencias-, superventas como Un año en Provenza y Un año en la Toscana y películas de cine.