¿de qué lengua estamos hablando?

¿de qué lengua estamos hablando?
Omar Ouakrim, lavanguardia, 24-VII-05.

El bereber es un conjunto de variedades habladas en todo el norte de África. El guanche canario también pertenece al bereber, pero es en Marruecos donde se encuentra la mayor población bereberófona, seguido de Argelia. Los historiadores de la lengua integran el bereber o tamazight en la familia de las lenguas afroasiáticas, o lo que se llama en términos religiosos camitosemitas, por las similitudes lingüísticas entre estos grupos.

Hasta el siglo XX, no se sabía que el bereber tenía un alfabeto propio, derivado del antiguo líbico-púnico que los tuaregs han conservado y siguen utilizando con el nombre de tifinagh.El bereber sigue siendo una lengua exclusivamente hablada. Ningún gobierno se ha interesado por su codificación y su promoción institucional en tanto que lengua materna y única de parte importante de la población.

A partir de la islamización de los bereberes y la llegada de oleadas de tribus árabes venidas de Oriente, el bereber ha tenido que compe-tir, y de una manera desigual dado que el árabe clásico, como lengua del Corán y por lo tanto sagrado,y el islam se presentaban como indisociables. Hasta la colonización francesa, el árabe clásico era una lengua esencialmente litúrgica, pero con la implantación de la escuela moderna por los franceses se introdujo en el sistema educativo.

Con la independencia de los países del norte de África, el árabe se declara lengua de Estado y se le iban dando las funciones que desempeñaba el francés. Se llevó a cabo una política de arabización de las instituciones y la vida pública, aunque el francés sigue siendo una segunda lengua oficial de facto. La lengua bereber continuaba siendo completamente ignorada por los poderes públicos que practicaban una política de laisser faire que le ha resultado perjudicial para su desarrollo normal. Lo que ha favorecido una progresiva asimilación masiva de los bereberes.

Pero con el paso del tiempo, los bereberes iban tomando conciencia de que su lengua y cultura estaban siendo políticamente marginadas y relegadas al folklorismo. Sentían la necesidad de organizarse para reclamar el reconocimiento oficial y la promoción del bereber en la vida pública.

En tales circunstancias, a partir de 1980, año de la sangrienta revuelta popular de Cabilia tras la suspensión del Gobierno de una conferencia sobre la poesía bereber, el movimiento bereber alcanzó unas dimensiones políticas y supranacionales. Los gobiernos, particularmente de Marruecos y Argelia, empezaron a cambiar.

En 1994, Hassan II tomó la decisión, aunque no se llevó finalmente a cabo, de introducir el bereber en la escuela primaria. En 1995, se crea en Argelia el Alto Comisariado para la amazighidad, una institución encargada de hacer propuestas relacionadas con la enseñanza del bereber, de hecho una fachada para apaciguar las reivindicaciones bereberes.

En el 2001, el rey Mohamed VI crea el Instituto Real de la Cultura Amazigh y le asigna unos objetivos que deberían desembocar en la codificación y la promoción de la lengua y cultura bereber. Este Instituto ha adoptado ya, aunque no goce del consenso general, el tifinagh como alfabeto y ha elaborado un material didáctico para las clases que se imparten en unas 300 escuelas del país, especialmente en las zonas berberófonas. En teoría, su interés es propiciar una estandarización lingüística.

También existen noticiarios televisivos que actualmente se dan en las tres variedades dialectales marroquíes. A pesar de todo, hasta que los gobiernos no incluyan la promoción del bereber en sus programas de gobierno y emprendan una rigurosa planificación lingüística del bereber, todas estas iniciativas se quedarán en buenas intenciones.