ży los liberales?

¿y los liberales?

Isaiah Berlin nos recuerda varias veces en sus obras que la pregunta central que deben plantearse todos los filósofos de la política es la siguiente: “¿Por qué debe alguien obedecer a otro?”…

El problema nuclear de la derecha española es su escaso vínculo con el pensamiento liberal. Para entendernos: Hume, Smith, Stuart Mill, Jefferson y, más contemporáneamente, Popper, Hayek, Aron, Arendt y el citado Berlin. Si hubiera liberales de verdad en el PP de hoy, habrían abandonado ya las siglas. En este contexto, Aznar encarna el espíritu antiliberal que ha dominado la historia de España, como lo encarnan sus propagandistas, revestidos de un liberalismo ortopédico que huele a secta religiosa y a cabra legionaria. Aznar y su coro contestan fácilmente a la pregunta de Berlin: “¿por qué debe alguien obedecer a otro?” Por cojones. El largo camino al centro era un atajo testicular.

El panorama se complica porque la izquierda española tampoco es liberal, pero trata de disimularlo echando mano de recetas de gauchismo mecánico, en asuntos como las relaciones con la Iglesia o la regulación de las parejas homosexuales. El obispo que, ciego ante la realidad, carga contra el condón regala marchamo liberal al PSOE. Contra la reacción anacrónica es fácil ser liberal. Los gestos de ‘nuevo talante’ en estas áreas distraen de asuntos donde la raíz conservadora del PSOE puede más: reformas territoriales, inmigración, empresas públicas, cultura y deportes, infraestructuras, financiación. Un poco de anticlericalismo cuando los obispos desafinan es vendido como liberalismo. A la hora de la verdad, los socialistas son tan antiliberales como el PP…

lavanguardia, 6-XII-2004