actualidad4 crisis en Birmania

(+ info en free Birmania, free Aung San Suu Kyi)  
(+ info en esta sección Àsia, en 'actualidad3 crisis en Birmania'', 'actualidad2 crisis en Birmania', 'actualidad1 crisis en Birmania' y 'crisis en Birmania')   

-reportage fotográfico de la crisis-

7-X-07, M. Bassets: Las protestas populares en Birmania y su aplastamiento por parte de la junta militar ¿son un asunto interno, o tienen repercusiones internacionales? Ésta es la pregunta que ocupa estos días al Consejo de Seguridad de la ONU, donde China y Rusia frenan los intentos de los países occidentales de incrementar la presión sobre el régimen birmano a fin de que cese la represión y acceda a democratizar el país.

No es fácil poner de acuerdo a los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad: Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Gran Bretaña. Menos cuando afecta a países en el área de influencia de uno de los miembros y socios comerciales estrechos, como es el caso de Birmania respecto a China. Hasta ahora los intentos, ya no de imponer sanciones como propugna Washington, sino de aprobar una declaración sin valor jurídico de condena, han resultado infructuosos.

Si la crisis birmana es interna, como sostiene China, el Consejo de Seguridad ha de mantenerse al margen. Si tiene repercusiones internacionales, como creen EE. UU., Francia, el Reino Unido y los miles de ciudadanos del mundo que ayer se manifestaron, entonces la comunidad internacional tiene derecho a inmiscuirse en los asuntos birmanos.

Tras escuchar el viernes al enviado especial de la ONU en Birmania, el diplomático nigeriano Ibrahim Gambari, recién regresado del país, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido hicieron circular un borrador de declaración que condena con dureza "la represión violenta", exige la liberación de los presos políticos y de los detenidos durante las manifestaciones e insta a la junta a informar sobre desaparecidos y asesinados.

El Consejo de Seguridad debatirá el lunes sobre el texto. Si se aprobase, representaría una señal de firmeza al régimen birmano por parte de la comunidad internacional. Hasta ahora, China y, de forma menos explícita, Rusia han expresado sus dudas sobre la necesidad de una declaración de este tipo. 

 

5-X-07, reuters/red, lavanguardia: Con los monjes budistas amordazados en sus monasterios o en las cárceles, con las continuas detenciones de civiles - la televisión oficial reconoció ayer más de dos mil-, con soldados patrullando por las calles y con las conexiones a internet bloqueadas, la dictadura trata de imponer la paz de los cementerios en Birmania, tras un mes de protestas.

En este contexto, convencido de haber ganado el envite, el jefe de la junta, el generalísimo Than Shwe, se permitió decir ayer que recibirá - bajo condiciones- a la opositora Aung San Suu Kyi, detenida en su domicilio desde hace más de una década. Shwe exige que renuncie a los cuatro puntos que le acusa de promover. Para el general, Suu Kyi ha defendido "el enfrentamiento, la devastación total, sanciones económicas contra Birmania y otro tipo de sanciones".

El generalísimo ha llamado "mentirosa" a la prensa internacional y la responsabiliza de azuzar el movimiento de protesta contra la junta militar. Y hace caso omiso de las declaraciones del secretario general de la ONU, Ban Ki Mun, quien lamentó no poder calificar de "éxito" la visita de su representante, Ibrahim Gambari, a Birmania. Ban Ki Mun recalcó que su enviado transmitió un mensaje "muy duro" a la junta militar por la represión de las movilizaciones. Como es obvio, los militares hicieron caso omiso.

Es posible que a la junta birmana no le hagan mella las críticas de la ONU o de su alta comisionada para los Derechos Humanos, Louise Arbour, dado que las sanciones de la UE son insuficientes. Según fuentes diplomáticas, no prevén por ejemplo prohibir que las compañías internacionales hagan sus negocios con el gas y el petróleo de Birmania. Además, China, en su habitual tono condescendiente con la junta militar birmana, ha expresado su satisfacción por los resultados de la visita del enviado de la ONU.

Utilizando modernos medios para detectar a los activistas - fotografías, filmaciones, control de teléfonos o internet-, los militares han efectuado oficialmente 2.093 detenciones, cifra que fuentes occidentales en Rangún multiplican por dos o tres. La implacable represión nocturna comenzó en la noche del martes y continuó en la siguiente. La junta militar ordenó a la policía militar detener a cientos de ciudadanos, al poco de que Gambari abandonara el país. Camiones cargados de presos salieron a altas horas de la noche de Rangún. "Nos advirtieron de que no escapáramos, porque podían volver", dijo una muchacha de 13 años, la única persona que quedaba en una vivienda cercana a la pagoda Shwedagon, el santuario budista más importante del país. La chica explicó que se habían llevado a sus padres y que habían obligado a comerciantes y vecinos de la zona a salir a la calle en medio de la noche. Las redadas siguen y muchos monasterios están vacíos, ya sea porque los monjes se esconden o están arrestados. Arbour, preocupada por "la ausencia de información fiable", dijo que la situación de los derechos humanos en Birmania es "alarmante".

5-X-07, V. Popescu, lavanguardia: Un condicionante de la Birmania independiente es que de hecho ha sido una dictadura militar desde el día que se liberó del colonialismo británico. Una dictadura de 45 años arroja toda clase de poderes, menos los democráticos, y de abusos y corrupciones cuya dinámica llega a confundir mando y posesión. La historia poscolonial del país muestra que todos los conatos de cambio fueron promovidos por sectores del generalato que se consideraban marginados del poder y de los negocios. Los impulsos democráticos y religiosos que secundaron ocasionalmente algunos de estos cambios o conatos fueron fenómenos secundarios. Desde hace 15 años impera en Myanmar una junta militar encabezada por el general Than Shwe, que decretó el traslado de la sede de la junta de Rangún a Naypyidaw, para sustraer el Gobierno a la presión de la opinión pública y para estar más cerca de las fronteras.

Con el paso del tiempo, el clan de los Shwe y algunos seguidores asumieron parcelas de poder cada vez mayores. Esto generó envidias en la junta y perjuicios para el sector del generalato mayormente vinculado a los intercambios comerciales con China (estupefacientes incluidos), el cliente más importante de Birmania.

Según informes de los servicios secretos occidentales, son estos militares descontentos los promotores de la actual ola de protestas. Las juntas militares de Birmania no sólo han degradado las libertades democráticas del país, sino que han logrado que la riquísima antigua colonia británica - por sus recursos naturales- se transforme en la depauperada Myanmar, una de las naciones más pobres del Sudeste Asiático. Este declive del nivel de vida y las pérdidas de perspectivas individuales para el futuro han sido el caldo de cultivo utilizado por los rivales de Shwe para desencadenar las protestas de la población civil y monacal.

3-X-07, agcs, lavanguardia: El enviado especial de las Naciones Unidas Ibrahim Gambari abandonó ayer Birmania sin dar a conocer el resultado de las conversaciones mantenidas con el jefe de la junta militar, Than Shwe, y con la líder opositora, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. Después de una humillante espera, Shwe recibió a Gambari, quien poco después se entrevistó con Suu Kyi, en un aparente intento de mediar entre los bandos. Más tarde, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó la violenta represión de las manifestaciones pacíficas en Birmania por parte de la junta militar.