"Antoni Puigblanc, un liberal exiliado", A. Manent

El liberalismo como ideología y como actitud personal vuelve a ser valorado y el exilio es exaltado en exposiciones (ahora una en Barcelona) y mueve muchas investigaciones y coloquios.

Puigblanc es el prototipo del liberal a ultranza y del exiliado: lo estuvo dos veces durante 22 años y tuvo que morir en el destierro.

Nacido en Mataró en 1775, durante dos años profesó en la rigurosa orden de los cartujos. Dejó el convento y en aquellos turbulentos años del primer tercio del siglo XIX se dedicó a escribir y a la política. En 1809 lo encontramos como profesor de hebreo y arameo en Alcalá. Por razones familiares, en 1811 viajó a Isla Cristina (Andalucía), donde existía una colonia de catalanes, y se encontró bloqueado en Cádiz por la guerra de la Independencia, ya que la ciudad estaba sitiada por los franceses. Puigblanc siguió los debates de las Cortes liberales gaditanas y publicó con seudónimo un alegato contra la Inquisición. Por su ideología, al restaurarse el régimen absolutista en 1814, tuvo que refugiarse en Gibraltar, pero fue entregado a las autoridades españolas. Tuvo suerte porque le dejaron en libertad y entonces se embarcó en un buque que hacía la ruta por las islas Canarias hasta que llegó a Inglaterra como refugiado político.

Con la vuelta de Fernando VII España era un país devastado. La reconstrucción sería difícil, porque en 1813 habían emigrado los afrancesados y en 1814 los llamados patriotas liberales. Sin estas minorías dirigentes era muy complejo levantar el país.

En 1820, con el golpe contra el antiguo régimen del general Riego, se estableció la Constitución de Cádiz y Puigblanc fue elegido diputado. Pero en 1823 triunfó de nuevo el absolutismo y Fernando VII, y entonces tuvo lugar una emigración de liberales. Sólo en Londres se establecieron unas mil familias. Así lo asevera Vicente Llorens en un definitivo libro, Liberales y románticos. Una emigración española en Inglaterra (1823-1834).Somer Town fue un barrio londinense ocupado mayoritariamente por españoles que fundaron su ateneo, publicaron revistas e hicieron una vida autónoma, aunque con buena relación con la cultura inglesa. Entre los exiliados había generales, como Milans del Bosch, antiguos guerrilleros contra los franceses, diputados eclesiásticos, catedráticos, universitarios, intelectuales, eruditos como los hermanos Villanueva, comerciantes, etcétera. Para ganarse la vida los exiliados ejercieron oficios de zapatero, hojalatero, sastre, profesor... En Londres vivía Puigblanc, bastante solitario, aunque consta que ayudó a J. Melcior Prat a traducir del latín Lo Nou Testament (1832), único libro en catalán editado en aquel exilio de Londres.

Puigblanc estaba convencido de la desaparición del catalán y como homenaje a su idioma materno escribió un poema de setecientos versos, Les comunitats de Castella.Decía: "Puesto que haya de morir este idioma, se sepulte con honra". El largo poema es una exaltación del liberalismo y la condena del absolutismo. Además de referencias mitológicas y clásicas, Puigblanc elogia a los que proclaman la independencia de las repúblicas americanas y los llama caimanes, mientras que quienes defendían al tan odiado Fernando VII son tildados de cocodrilos. Los alejandrinos rimados, escritos en octavas, empiezan elogiando a los comuneros de Castilla, como precedente de los liberales, pero el poema no es, como se ha escrito siempre, un canto a las comunidades de Castilla,sino que contiene bellas descripciones de las islas Canarias y de montañas para él prodigiosas como el Montsant, el Montseny, el Canigó o el Moncayo. Escrito en un catalán artificioso y medio inventado, Puigblanc afirma: "Canto, sent-me Virgili, més que Luçà model". El original del poema está en Madrid y era de muy difícil lectura porque contiene notas sueltas con rectificaciones, y la encuadernación no permite leer muchas de las primeras letras de cada verso. El paciente investigador Max Cahner ha conseguido reconstruir más del noventa por ciento del poema y lo ha publicado, muy anotado, en el tercer volumen de Literatura de la Revolució i Contrarevolució (1779-1849) (Curial 2005).

De ahí la actualidad de Antoni Puigblanc, muerto en Londres en 1840.

Albert Manent, lavanguardia, 25-X-05