independencia de Kosovo: contraataque ruso

"Hay claras diferencias entre Kosovo y las regiones separatistas de las antiguas repúblicas soviéticas", explicaba uno de los teóricos del Cáucaso en Moscú, el subdirector del Centro de las Tecnologías Políticas, Serguei Mijeiev. "Kosovo es reciente. Los conflictos en el antiguo espacio de la URSS son más antiguos y la comunidad internacional los ha olvidado a sabiendas. Por eso, creo que tienen más derecho a la independencia". Este argumento, defendido aquí por buena parte del mundo académico, fue el que usaron ayer los presidentes de las provincias secesionistas de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur, que desde los años noventa han encontrado en Moscú un apoyo ambiguo, pero apoyo al fin y al cabo.

En una rueda de prensa conjunta, Serguei Bagapsh por parte de Abjasia y Eduard Kokoity por Osetia del Sur, reclamaron un trato similar al de Kosovo. "Es un precedente", recalcó Bagapsh, aunque ambos pusieron el acento en los años de lucha de sus pueblos. "No ha sucedido nada extraordinario", añadió Kokoity. "Esperábamos que se abriese un camino que nosotros comenzamos hace 17 años".

Abjasia y Osetia del Sur enviarán peticiones a Rusia, las Naciones Unidas y la Comunidad de Estados Independientes (CEI) para que reconozcan la independencia de sus territorios. Otro elemento que, apuntan los expertos rusos, diferencia a Kosovo de estos territorios es que viven de facto de forma independiente de Tiflis (la capital de Georgia) desde comienzos de los noventa, cuando derrotaron a las tropas georgianas en dos de las guerras locales que siguieron a la desintegración de la URSS.



Desde entonces, Rusia les ha dado cobertura. "Rusia es el garante de la libertad y la paz en el Cáucaso", dijo ayer Kokoity. Pero Moscú ha preferido mantenerles en el limbo para utilizarlos al vaivén de la política del Kremlin, bien para tener un arma contra su pequeño vecino del sur, bien para evitar comparaciones con Chechenia.

"La declaración y reconocimiento de la independencia de Kosovo forzará a Rusia a ajustar su política respecto a Abjasia y Osetia del Sur", dijo la semana pasada en un comunicado el Ministerio de Exteriores de Rusia. Moscú ha evitado referirse al Transdniéster moldavo, el tercero de los principales conflictos congelados de esta zona del mundo. Una fuente de Exteriores citada ayer por el diario moscovita Nezavisimaya Gazeta revelaba que esto podría provocar un acercamiento del resto de Moldavia a Rumanía, sin descartar una posible unión. Y eso tampoco entra en los planes del Kremlin, pues aún aspira a retener a Moldavia como socio...

Georgia, aliado de EE. UU. en el Cáucaso, puede ser el principal damnificado de este conflicto. De momento, Tiflis no ha reconocido la independencia de la antigua provincia serbia.

19-II-08, G. Aragonés, lavanguardia