"La guerra y los palestinos", A.B. Yehoshua

Abraham B. Yehoshua, escritor israelí, inspirador del movimiento Paz Ahora.

Si el Gobierno de Israel quiere obtener logros significativos y duraderos de esta terrible guerra contra Hezbollah en Líbano, debe promover en seguida la celebración de una cumbre con la cúpula del Gobierno palestino. Y eso aunque el presidente pertenezca a la OLP y el primer ministro sea de Hamas. Incluso convendría que asistiera a esa cumbre Maruan Barguti, quien promovió el famoso Documento de los Presos.Los temas que se traten en esa cumbre han de conllevar objetivos realistas y concretos.

Los objetivos que se deberían fijar son seis: 1. Un acuerdo para imponer un alto el fuego completo en la franja de Gaza. 2. El intercambio de prisioneros palestinos, mujeres, jóvenes y enfermos residentes en Gaza por el soldado israelí secuestrado. 3. El establecimiento de unos sistemas de control eficaces que eviten la entrada de armas de contrabando desde Egipto a Gaza. 4. La apertura de pasos de entrada de trabajadores y mercancías de Gaza a Israel. 5. La regulación de un corredor seguro entre Gaza y Cisjordania tal y como se establece en el acuerdo de Oslo.

6. La obtención de recursos en el ámbito internacional para reparar los destrozos producidos en la franja a consecuencia de los últimos enfrentamientos.

Estos son objetivos realistas y que se insertan en el marco del establecimiento de las fronteras reconocidas internacionalmente entre Israel y Gaza. En paralelo a la aplicación de este acuerdo, se iniciarían las negociaciones entre israelíes y palestinos para alcanzar acuerdos parciales también en Cisjordania, bien como parte del repliegue israelí, bien dentro de la hoja de ruta. Es muy importante que en la conciencia política se distinga claramente el problema palestino del problema con Líbano. Y tanto los israelíes como los palestinos han de llegar juntos a esta conclusión. Ni Hezbollah ni Irán luchan a favor de los palestinos; al contrario, la guerra santa de los extremistas chiíes por "la muerte de Israel" y por "hacer que los judíos regresen a Europa" tal y como declara el presidente de Irán causa un enorme daño e imposibilita que se solucione el problema palestino y se termine con la ocupación israelí. Exponer a los principales núcleos de población israelíes a los misiles sólo logrará que Israel vea reducidas su capacidad y voluntad para devolver a los palestinos más territorios de Cisjordania. Los palestinos deben entender, como en la época de Saddam Hussein en la guerra del Golfo, que provocaciones tan insensatas como acumular misiles o invadir Kuwait no sólo acaban acarreando la muerte y la destrucción a sus protagonistas sino que además alejan cada vez más la posibilidad de establecer un Estado palestino.

Por su parte, es muy importante que Israel no meta en el mismo saco a Hezbollah y a Hamas, pese a sus líneas ideológicas comunes. Tanto la OLP como Hamas son movimientos que nacieron de la realidad surgida tras la guerra de los Seis Días, una realidad de ocupación, asentamientos de colonos y explotación económica. Los palestinos siempre serán nuestros vecinos, e incluso cuando se alcance la paz y una frontera clara nos separe del Estado palestino, seguirán existiendo entre nosotros miles de vínculos políticos, económicos y étnicos a través de la minoría palestina que vive en Israel.

La OLP terminó aceptando la conciliación con Israel, y Hamas está avanzando ahora por ese mismo camino. Y una victoria, aunque sea parcial, de Israel sobre Hezbollah hará que Hamas se dé cuenta antes de que sus fuerzas nunca podrán acabar con Israel, por lo que no les queda más remedio que negociar con Israel sobre la base de las fronteras de 1967. Aunque ese cambio no se refleje en la ideología oficial de Hamas, ya tiene consecuencias en la práctica, e Israel debe aprovechar ese cambio para entablar con la Autoridad Palestina un diálogo en busca de la paz.

En estos días se oyen voces pesimistas sobre el futuro a largo plazo en Oriente Medio. El declive económico y demográfico de los países árabes, la vuelta a modelos extremistas basados en un comportamiento religioso visionario, sumados a los novedosos medios tecnológicos para crear armamento de largo alcance, generan nuevos peligros para Israel. La creciente sensibilidad hacia las pérdidas, la destrucción física y la alteración del modo de vida activo y sibarita del israelí dañan la capacidad de resistencia de Israel a largo plazo. No podemos controlar qué peligros se urden en países lejanos o próximos como Irán o Egipto, pero sí podemos neutralizar el problema palestino que sirve de inspiración y justificación de la violencia que viene de lejos. Una mejora en las relaciones entre israelíes y palestinos gracias a concesiones simbólicas y significativas, como el regreso de los presos a casa, el establecimiento de conversaciones directas con Hamas y la creación de las bases de un alto el fuego en Gaza, puede contribuir a que en el futuro se colabore con los palestinos en contra de los fundamentalistas que perjudican tanto a unos como a otros.

Los misiles de Hezbollah, que no distinguen en Israel entre poblaciones judías y árabes, les revelan a los palestinos de forma simbólica lo que ellos saben muy bien y que repiten día y noche. En el pasado su salvación no vino de sus hermanos árabes y tampoco vendrá de ellos en el futuro. Su salvación vendrá de una negociación con Israel basada en el compromiso y por la que obtengan sus derechos legítimos pero razonables. La paz entre Palestina e Israel es la garantía de la existencia de ambos pueblos en un futuro repleto de armamento no convencional.

lavanguardia, 11-VIII-06