huelga de hambre para salvar al criminal Tareq Aziz

Si hubiera -en este país- un flujo regular de noticias, muchos se preguntarían perplejos: ¿pero porqué se mete ahora Pannella a defender a Tareq Aziz? ¿Pero no era Tareq Aziz el ministro de Exteriores y después Primer Ministro de Saddam Hussein? Y grande sería la perplejidad, e incluso los email y los sms para pedir aclaraciones: ¿qué sentido tiene hacer huelga de hambre por uno que había sido el número dos de Saddam Hussein? ¿Arriesgar la propia vida por la vida de un criminal, acusado de una cincuentena de ajusticiamientos? Tranquilos. Preguntas como éstas no atormentan a nadie, o casi.

Porque nadie, o casi, ha oído nunca hablar, en los medios públicos y privados de las noticias italianas, de la iniciativa de Marco Pannella, decidido a salvar de la horca al exjerarca iraquí. Por tanto, sería útil e importante saber el sentido de esta historia y si es justa, si vale la pena.

              
        Tareq Aziz                 Dalai Lama & Pannella

Sobre el sentido de esta historia Pannella recordaría, en las entrevistes que nadie tiene ganas de hacerle, que había intentado, en 2004, no sólo salvar la vida de Saddam Hussein, sino también impedir la guerra. ¿Os recuerda alguna cosa la frase dicha y repetida «Iraq libre»? No era el slogan de un proyecto de invasión. Al contrario, era un proyecto tan loco que -como a veces sucede en la vida- estaba por realizarse. El proyecto era salvar Iraq de la guerra y enviar al exilio a su dictador. Algunos lectores recordarán que nuestro diario había creído en esta idea y la había apoyado, como asímismo centenares de parlamentarios italianos y europeos. Y sólo desde hace pocas semanas las memorias del entonces Primer Ministro español Aznar (aliado de Bush en la guerra) han revelado que el plan estuvo a punto de tener éxito. Sólo hacía falta persuadir al Presidente de los Estados Unidos de esperar unos pocos días antes de atacar. Desgraciadamente, Bush no quiso esperar.

Como se ve, no todas las ideas «locas» son imposibles. Cierto, mejor si se habla de ello, si se implica a la opinión pública. ¿Se puede salvar de la Pena Capital a Tareq Aziz? ¿No deberíamos, nosotros, país que -por mérito de los Radicales- hemos devenido líder de la Moratoria contra la Pena de Muerte en el mundo, ocuparnos de esta ejecución inminente e inmensamente simbólica, para impedirla?

14-VII-08, Furio Colombo/l'Unità, notizieradicali