´Juegos Olímpicos y globalización´, Pascal Boniface

Según la Carta Olímpica, el movimiento olímpico simbolizado por los cinco anillos entrelazados es "universal y permanente" y "alcanza su punto culminante en la reunión de los atletas del mundo en el gran festival del deporte que son los Juegos Olímpicos". Los Juegos Olímpicos reúnen a los atletas de todo el mundo desde 1896. Sin embargo, el universalismo que reivindican los Juegos dista de haber sido realidad desde un principio.

En los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896 participaron catorce países. En los celebrados en la misma capital en el 2004 participaron 201 países. En los de 1896 participaron 241 atletas. En los del 2004, casi 11.000. El aumento de la participación va unido a los acontecimientos geopolíticos. La primera oleada en dirección de un aumento de participación obedeció a la descolonización. La segunda, a la desintegración de la URSS y de Yugoslavia consecutivas a la caída del muro de Berlín.

El año 1912, con la participación de Japón, fue la primera ocasión en que estuvieron representados los cinco continentes. Los cinco anillos cobraron su pleno sentido. Antes de la Segunda Guerra Mundial - en un reflejo de las relaciones de fuerza geopolíticas- la participación fue esencialmente europea y estadounidense. Cabe asimismo advertir una desproporción favorable a los países anfitriones cuyos atletas estaban sobre representados. Por ejemplo, en San Luis, en 1904, 533 atletas de un total de 651 participantes eran estadounidenses. Los desplazamientos comportaban un coste elevado y pocos podían verse liberados de las obligaciones laborales (el espíritu fundacional del olimpismo incluía el credo del amateurismo) durante un periodo prolongado. La participación africana se limitó a Egipto y a una Sudáfrica bajo dominación británica.

La globalización se refleja en el mayor reparto de medallas. En 1988, los cinco primeros países de la clasificación acapararon el 63% de las medallas. En el 2004 sólo obtuvieron el 41%. El pastel estaba mejor repartido. En Seúl, 31 países obtuvieron una medalla de oro. En el 2004, 57 países.

Asistimos también a una globalización de ciertos deportes, al principio estrictamente nacionales. El judo, un arte marcial asociado al archipiélago nipón, entró en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 aunque ya se había extendido ampliamente a escala mundial. Estaría ausente en México, pero sería admitido como deporte oficial olímpico desde Munich 1972 para convertirse rápidamente en una especialidad… francesa. En cuanto al béisbol estadounidense, figuró en los Juegos Olímpicos desde 1992.

Otros deportes han quedado a la puerta, como el fútbol americano o el rugby, el cricket o el surf. Cada federación internacional se esfuerza para que se acepte su deporte o disciplina a fin de obtener un lugar en uno de los 300 podios.

Los Juegos Olímpicos adquirieron realmente una dimensión global y mundial en 1988. Ya no hubo boicot geopolítico, a diferencia de los cinco Juegos Olímpicos precedentes. La globalización hizo converger todas las miradas en Seúl. Sobre todo teniendo en cuenta que desde Los Ángeles, en 1984, se sabía que los Juegos podían ser rentables gracias a los patrocinadores y los derechos de la televisión. Los Juegos Olímpicos se convirtieron en la gran cita mundial. Si bien la Copa del Mundo de fútbol los sigue superando en términos de telespectadores a escala mundial, en los Juegos están representados todos los países y (casi) todos los deportes, en una doble dimensión universal.

Juan Antonio Samaranch, tras sólo seis años de presidencia del COI, había dado 91 veces la vuelta al mundo, se había reunido con 146 jefes de Estado y había recibido 249 condecoraciones.

6-VIII-08, Pascal Boniface, lavanguardia