ŽLa larga marchaŽ, Pascal Boniface

Acosada por las turbulencias políticas internas, China esperó a 1922 para ser admitida en el Comité Olímpico Internacional (COI) y a 1932 para participar en sus primeros Juegos Olímpicos (en Los Ángeles), boicoteados por la URSS. En 1949, el Partido Comunista de Mao estableció su poder sobre toda la China continental. El nacionalista Chang Kai Chek se refugió en la pequeña isla de Taiwán, alimentando la esperanza de llevar a cabo la reconquista del continente. Cada cual declaró que no había más que una sola China, la que representaba a nivel internacional. Y paralelamente, se crearon dos comités nacionales olímpicos: uno en Pekín y otro en Taiwán.

En 1952, el COI autorizó a los deportistas de las dos Chinas a participar en los Juegos de Helsinki. Esta solución fue firmemente rechazada por Taiwán que se consideraba como la sola y única representante de China, a semejanza de lo que sucedía en las Naciones Unidas donde ocupaba escaño de miembro permanente del Consejo de Seguridad en tanto que la República Popular de China no era país miembro de la organización mundial. Taiwán boicoteó, pues, los Juegos de Helsinki. En 1954, la República Popular de China se convirtió oficialmente en miembro del COI. Si bien el COI no es una organización internacional oficial, Pekín vio el principio de un reconocimiento internacional. Pekín envió entonces una delegación diplomática en la sede del COI en Lausana, pero, sin valorar correctamente la relación de fuerzas y pecando de orgullo, pidió que "la pretendida organización deportiva de la banda de traidores de Chang Kai Chek, fervientemente repudiada por 600 millones de chinos, fuera excluida de los Juegos Olímpicos". El COI no cedió a este chantaje y, de resultas, China Popular boicoteó los Juegos de Melbourne.

En 1958, la República Popular de China se retiró del COI, acusado de apoyar un "proyecto político imperialista de Estado Unidos con la finalidad de crear dos Chinas". Una ganga para Taiwán, que pudo representar en solitario a China en los diferentes Juegos. La ausencia de Pekín en los Juegos Olímpicos se correspondió con su autarquía política. Cuando Estados Unidos y Japón se consideraban enemigos, rompió espectacularmente con la URSS y la familia comunista en 1961. En 1964, China intentó incluso organizar un contraevento olímpico frente a los Juegos de Tokio. La tentativa fracasó. A partir de 1972 se produjo un acercamiento diplomático a Estados Unidos a iniciativa de Nixon y Kissinger, que quisieron aprovechar la ruptura chino-soviética. La República Popular ocupó en 1971 el lugar de Taiwán en el Consejo de Seguridad.

En 1979, China se reincorporó al COI bajo el nombre de Comité Olímpico Chino, pero Taiwán se mantuvo bajo el nombre de Comité Olímpico de Taipei de China. la República Popular admitió en el COI lo que no admitió en las Naciones Unidas: coexistir oficialmente con Taiwán. Taiwán boicoteó los Juegos de Moscú de 1980, pero más para seguir el ejemplo estadounidense que para protestar contra la admisión de Pekín. Ironía de la historia, China, para poner en aprietos a la URSS, los boicoteó.

11-VIII-08, Pascal Boniface, lavanguardia