´Detalles sobre un fondo hostil´, Enric Juliana

De momento, el ICO resiste. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, ha levantado unas barricadas en el paseo del Prado para contener a las inmobiliarias y otras grandes empresas en crisis que quieren tomar al asalto el Instituto de Crédito Oficial. Lo explicábamos la pasada semana. ¡"A por el ICO!", es el grito de guerra de la confederación de despachos de Madrid. El presidente de la patronal CEOE enarbola bandera y Miguel Boyer redacta los manifiestos.

Bueno, no todos los despachos están en la misma confederación. En el ínterin, los grandes bancos han mandado aviso al Gobierno de que ni se le ocurra salir a comprar dinero a espuertas al extranjero.

Cuidado con enviar señales de alarma y pesimismo. Las agencias de calificación de riesgos les tienen ganas a los españoles y acaban de bajar la nota a cinco cajas de ahorros. (Así se entiende mejor el histriónico triunfalismo del presidente del Gobierno esta semana en Nueva York.)

¡Hay una campaña internacional contra España!, clama el ministro de Industria, el valido Sebastián, después de leer lo de los "cerdos voladores" en el Financial Times.(PIGS = Portugal, Italy, Greece, Spain). Los ingleses, muy atentos al desembarco de la banca española en sus dominios, siguen con grandísima atención el calvario económico que se cierne sobre la endeudada Europa meridional. The Economist prepara un monográfico sobre España para antes de final de año. ¡Ah, los ingleses!

Vuelven la Armada Invencible y la Pérfida Albión, dos grandes clásicos del victimismo español. Y regresa el lema "Compra productos españoles", el más hogareño de los eslóganes del franquismo, de la mano del inquieto Sebastián, del descorbatado Sebastián, del ocurrente Sebastián, que dicen sus enemigos en Madrid. Aires de enroque y también de desconcierto y nerviosismo.

A la espera que escampe, es del todo evidente que Rodríguez Zapatero ha optado por una respuesta estrictamente política a la crisis. Nada de tecnocracia; política. Optimismo a toda costa, relación más que fluida con los grandes grupos empresariales y suavidad con los sindicatos, razón por la cual los funcionarios serán los únicos trabajadores que el próximo año verán aumentados sus salarios en un 4%. El Gobierno no quiere huelgas en los servicios públicos. No quiere huelga general. Y fuerza los presupuestos para evitarla. Hay más de 2,5 millones de funcionarios en España. Son pilar de la nación. La España meridional se asienta sobre el empleo público.

Lo cual dibuja un primer mapa de la crisis. Pequeños y medianos empresarios, EFE y sus asalariados, trabajadores autónomos y jóvenes mileuristas son los que se hallan más a la intemperie. Carecen de potentes lobbies capitalinos y no son punta de lanza de los sindicatos. La centralidad social de la pequeña y mediana empresa es el gran denominador común de Catalunya y Valencia. Deberemos prestar mucha atención a este dato en los mapas que vienen.

Más geografía en movimiento. Autonomías y ayuntamientos van a sufrir. Sobre sus espaldas descansa la gestión del Estado de bienestar. Ese es hoy el verdadero secreto del tinglado autonómico. Hay nervios y desasosiego. Aires de enroque. En Madrid acaba de desatarse una cruenta batalla por el control de Caja Madrid. Quieren echar a Miguel Blesa, aznariano autónomo. También ahí quiere mandar Esperanza Aguirre.

Y en el País Vasco, los alaveses de Caja Vital, bombardeada hace unos días por ETA, se resisten a la hegemonía de vizcaínos y guipuzcoanos en la fusión de las tres cajas de ahorros vascas, la cosa más importante que va a ocurrir en Euskadi en los próximos cinco años.

Segmentos sociales protegidos y gente a la intemperie, poderes regionales agobiados y más de una caja de ahorros en apuros. Datos para una nueva geografía española. Fragmentos para recordar un inteligente susurro de Jules Renard: "Sobre un fondo de hostilidad, todos los detalles adquieren su relieve".

28-IX-08, Enric Juliana, lavanguardia