educación: mal autoritarismo y peor falta de autoridad

En la década de los 50, Donald Winnicott, reconocido pediatra y psicoanalista, ya estudió las manifestaciones antisociales infantiles. Insistía en un punto: cuanto más se tarda en poner límites más difícil es llegar a reparar una situación de carencia (ausencia de límites, excesiva permisividad…), más difícil instalar la disciplina necesaria para frenar esa tendencia.

Teresa Pont Amenós ha trabajado durante diez años en los juzgados de Barcelona. Los ha probado todos: de menores, de familia, instrucción, penales. La reclamaban -por su experiencia como psicoterapeuta y especialista en criminología-en casos de adolesentes conflictivos. "Lo que me sorprendió es que, en muchos casos, al lado de un delincuente joven había una madre permisiva. Madres que me preguntaban ¿cómo puede ser, si lo ha tenido todo? Esa era mi alerta, la frase. Precisamente por eso, señora".

Los profesionales empiezan a enfrentarse a un cambio en el perfil prototípico de adolescente conflictivo. "Antes era sinónimo de familia desestructurada, barrio bajo, nulas posibilidades. Ahora nos encontramos con familias acomodadas, chicos con formación y, eso sí... sin límites". Insiste Pont en que la sociedad actual favorece un círculo vicioso: padres estresados que llegan a casa tarde y de mal humor "y para calmar su sentido de la culpabilidad le compran todo lo que pide. Esos chicos nunca interiorizarán valores intangibles como el esfuerzo, la espera, el ahorro. No tienen ni idea de eso".

Una advertencia rodea las reflexiones de pedagogos y juristas: si no pones límites a tu hijo le estás haciendo un mal favor. Le dejas indefenso ante las frustraciones futuras. Sin recursos para afrontar la crisis actual o las que queden por venir. Por eso recomiendan un cambio de actitud: "Los padres no deben tener miedo al ´no´. Hay chicos que están pidiendo a gritos que les frenen porque ya se han perdido. Pero si el ´no´ va acompañado de palabras, recuérdale que tu eres su padre o su madre, no su amigo".

O somos conscientes de esta circunstancia -insiste Teresa Pont-o "cada vez nos vamos a encontrar en los juzgados con más chicos rebeldes, hijos de familias acomodadas, convertidos en skins peligrosos. Lo peor de sus padres es que van tan desbordados que les admiten todo. Pero se olvidan de darles criterio. En eso son huérfanos".

Cada vez hay más niños con síndrome del emperador. se creen el centro del mundo. Aldo Naouri, pediatra y máxima autoridad en Francia, se ha atrevido a augurar que si no se toman medidas - "si la mala educación de las generaciones continúa"-peligrarán incluso los niveles superiores de enseñanza. En 20 años puede no haber nadie en condiciones de dedicarse a la investigación". Sugiere que estamos criando futuros fascistas: "Al fin y al cabo ¿qué es un fascista si no un individuo inmerso, por muy adulto que sea, en su infantil poder absoluto". Los adolescentes, añade, no sólo creen que pueden tenerlo todo sino que tienen derecho a todo.

Anna Berga, doctora en Sociología, profesora de las Escoles de Treball Social i Educació Social de la Fundació Pere Tarrés, advierte que en cuanto a violencia juvenil hay mucho falso mito. "La conducta incivilizada ahora sí se considera un problema nuevo.Cuando las conductas aberrantes las protagonizan jóvenes de clase media, de entornos familiares ´normalizados´ no encontramos explicación y acabamos por emplear el calificativo de violencia gratuita. Pero no es más que nuestra incapacidad para comprender sus razones".

Pasar de modelos autoritarios al vacío de autoridad -explica la socióloga-, además de la incertidumbre moral actual, ha hecho mucho daño a una generación de adolescentes que crecen con la dificultad de identificar límites. Tener autoridad es eso: un modelo, ser un referente válido. En ese sentido la autoridad es la base de toda educación".

Padres que quieren ser amigos, que ceden por no entrar en conflicto o "separados con diferencia de criterios, en alianza con el hijo y contra la otra figura parental -explica Pons-y que el único modo que encuentran para expresar sus afectos es el material" pueden perpetuar una actitud: pequeños tiranos hoy, grandes dictadores mañana.

29-X-08, N. Escur, lavanguardia