El comandante de las fuerzas especiales británicas en Afganistán, Sebastian Morley, ha dimitido, según informó ayer el Ministerio de Defensa británico, que no dio más detalles. Morley culpa a la carencia de inversión en equipamiento y seguridad de las muertes de algunos de sus soldados y describe el fallo de no equipar a sus tropas con vehículos blindados pesados "como mínimo como un descuido, y en el peor de los casos como un acto criminal".
2-XI-08, reuters, lavanguardia