ŽLecciones de democraciaŽ, Francesc de Carreras

El triunfo de Obama, y todo lo que este triunfo conlleva, ha desatado un justificado entusiasmo y constituye una gran esperanza. Quizá también nos puede servir para extraer algunas lecciones. La democracia norteamericana tiene, es cierto, muchos defectos, algunos han sido muy visibles, por ejemplo los ataques infundados al líder demócrata de ser musulmán y amigo de terroristas. Pero también tiene grandes virtudes de las cuales se puede aprender. Recordemos algunas en clave española.

La más obvia: el contraste entre los partidos norteamericanos y los españoles. Es sabido que en los partidos norteamericanos apenas tiene peso el aparato partidista: son los propios afiliados y votantes quienes eligen a los candidatos a través de diferentes sistemas, caucus y primarias entre los más conocidos, no sólo en las candidaturas a la presidencia sino en todos los demás cargos.

En España, en Europa en general, los partidos son mucho más cerrados y jerarquizados. Ello implica que sus candidatos son elegidos - de hecho- por las cúpulas de los partidos más que por los afiliados y mucho menos por los simpatizantes y posibles votantes. Una ascensión como la de Obama, siempre efectuada contra el establishment de su partido y con el soporte de los afiliados y votantes ¿sería posible en España? Imagino que los filtros internos partidistas lo impedirían. Así sucedió con Borrell cuando ganó las primarias en el PSOE. En política, como en la vida, no siempre es bueno copiar. Pero quizá reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes de un sistema de partidos abiertos como los norteamericanos contribuiría a regenerar nuestra vida democrática y a mejorar el rendimiento de nuestros dirigentes políticos.

Otra lección que podemos extraer de estas elecciones podría ser la ejemplar reacción de los candidatos al conocerse el resultado de las urnas. No se trata de que en nuestro caso los candidatos reaccionen especialmente mal, pero nunca con la altura de miras democrática que han mostrado los dos candidatos norteamericanos. Obama, en su memorable discurso, dijo de su adversario: "El senador Mc-Cain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado". McCain, por su parte, declaró su admiración por Obama, consideró que el resultado era histórico para los afroamericanos y para Estados Unidos y se ofreció al nuevo presidente electo para ayudarle a gobernar en la nueva etapa que ha comenzado. Seguro que en España muchos agradecerían este lenguaje, que no sólo es elegante en las formas - cada vez estoy más convencido de que la forma es el verdadero fondo- sino el único democráticamente aceptable.

8-XI-08, Francesc de Carreras, lavanguardia