´Da Dios alas a la hormiga para morir más aína´, Quim Monzó

Hace tres semanas saltó la noticia de que la Fundación Humanista Británica prepara una campaña publicitaria a base de carteles en los autobuses de Londres. En ellos se leerá: "Probablemente Dios no existe. Así que deja de preocuparte y disfruta de la vida". Para conseguir el dinero necesario, la fundación pidió donaciones. Su objetivo era colocar carteles en treinta autobuses durante un mes. La indignación de los monoteístas fue considerable. "¿Cómo se les ocurre, a los ateos, poner publicidad en los autobuses?". Tan considerable fue su indignación como la respuesta económica obtenida. La fundación ha conseguido muchísimo más dinero del que esperaba, de forma que lo invertirá en llevar la campaña a otras ciudades.

Los motivos del alud de donaciones son diversos. Uno es la sutileza del titular, que - a sabiendas o no- parafrasea uno de los mejores eslóganes de Carlsberg: "Probablemente la mejor cerveza del mundo". Otro es el hartazgo ante la publicidad religiosa que hay en los autobuses. Richard Dawkins, catedrático de la Universidad de Oxford y autor del interesantísimo El espejismo de Dios (Espasa-Calpe), dice que los creyentes se han indignado porque "la religión está acostumbrada a viajar gratis,a deducciones fiscales automáticas, a un respeto que no se ha ganado, a creer que tienen derecho a que no se les ofenda y a la libertad de lavar el cerebro de los niños".

Eso fue hace tres semanas. La noticia, ahora, es que, visto el éxito inglés, en Estados Unidos ha empezado una iniciativa semejante. Como se acercan las fiestas de fin de año -Navidad, Jánuca...- y el bombardeo de anuncios y mítines religiosos volverá a ser espectacular, la Asociación Humanista Americana ha lanzado una campaña similar a la inglesa. Similar pero no idéntica. Aquí el titular es bastante ñoño: "¿Por qué creer en un dios? Seamos buenos simplemente por amor a la bondad". Psé. La semana que viene habrá ya carteles en los autobuses de Washington, y también publicarán anuncios en The Washington Post y The New York Times.

La publicidad atea se va a poner de moda en medio mundo (en el otro medio te cuelgan de la horca sólo por insinuar que lo eres). ¿También aquí habrá publicidad así? En nuestro país los anuncios a favor de Dios no son habituales, y reaccionar contra la machaconería es una de las razones que impulsan a los ateos anglosajones. Aquí, la iglesia preponderante - la católica- prefiere gastarse el dinero en una emisora de radio cuyas estrellas mienten, tergiversan, difaman y calumnian, de modo que la misma emisora se convierte en la prueba evidente de que ni ellos creen lo que predican en sus sermones. Ante ese panorama -siendo ya ellos mismos su propia parodia-, ni la campaña atea más bien pensada podría desacreditarlos más.

14-XI-08, Quim Monzó, lavanguardia