´Por qué Afganistán´, Xavier Batalla

La muerte de dos militares españoles ha reabierto el debate sobre Afganistán, que parte de un equívoco y de la ausencia de una clara estrategia occidental. El equívoco se debe a que los europeos insisten en que enviaron sus tropas a una misión de paz, es decir, para reconstruir Afganistán. Y eso es cierto. Pero lo que sucede en Afganistán es una guerra, lo que obliga a poner el acento en la lucha contra el talibán. Y la ausencia de una clara estrategia occidental se explica por las dos operaciones en marcha y a menudo no coordinadas: por una parte, la operación Libertad Duradera, encabezada por Estados Unidos, y, por otra, la ISAF, bajo mando de la OTAN. El resultado es que los talibanes han resucitado.

La guerra no se reduce a Afganistán. Estados Unidos, que en su día desvió el grueso de sus tropas para derrocar a Sadam Husein, tiene allí un problema. Pero también lo tiene la OTAN, que no sólo se juega su credibilidad sino la estabilidad de la región, que son los "Balcanes globales", en expresión de Zbigniew Brzezinski. El conflicto afgano amenaza con extenderse a Pakistán y agravar la rivalidad entre India y Pakistán, dos potencias nucleares. Un fracaso occidental en Afganistán desestabilizaría a Pakistán pero no haría un favor a India.

Pakistán e India se pelean por terceros interpuestos. Los pakistaníes apoyaron a los talibanes para evitar las reivindicaciones territoriales de los gobiernos afganos, que nunca han reconocido la frontera establecida por los británicos. Y los indios, que acusan a los pakistaníes de alimentar el terrorismo islamista en Cachemira, han abierto consulados en Afganistán y alimentan el separatismo de las provincias de Beluchistán y Sind en un Pakistán que no funciona. Los beluchis mandan en Beluchistán. Los pastunes, mayoritarios en Afganistán y granero de los talibanes, dominan la provincia Frontera del Noroeste. Los sindis se esparcen por el Sind, pero en sus ciudades los mayoritarios son los mohajirs, musulmanes que huyeron de India con la independencia, en 1947. Punjab es la Prusia de Pakistán y feudo del primer partido de la oposición. Y en las denominadas zonas tribales pakistaníes mandan los talibanes y demás islamistas.

Afganistán es el patio trasero estratégico de Pakistán e India. En Vietnam, Washington justificó la guerra con el propósito de evitar un dominó comunista en la región. Esta teoría podría ser aplicada a Afganistán, donde el problema es cómo definir una hipotética victoria occidental. ¿La captura de Osama bin Laden? ¿La construcción de una improbable democracia con el actual Gobierno de Kabul, ineficiente y corrupto? Los occidentales tienen que revisar su estrategia, pero, tarde o temprano, tendrán que marchar, por lo que no deben descartar una solución política (con algunos dirigentes talibanes) porque Pakistán e India no pueden escapar del mapa que les rodea.

16-XI-08, Xavier Batalla, lavanguardia