Obasanjo, mediador de la ONU en el conflicto

El nuevo enviado de la ONU en la República Democrática de Congo (RDC), el ex presidente nigeriano Olusegum Obasanjo, llegó ayer a Goma (este del país) para entrevistarse con el jefe rebelde tutsi, Laurent Nkunda, que desde hace quince días se halla con sus milicianos a pocos kilómetros de esta ciudad, capital del Kivu Norte.

Obasanjo declaró que los esfuerzos para poner fin al enfrentamiento entre las fuerzas de Nkunda y el ejército de Congo "van en la buena dirección" y que el presidente Joseph Kabila no había puesto condiciones para hablar con los rebeldes. Ninguno de los emisarios de la ONU que se han sucedido en las últimas semanas había podido hablar con el líder sublevado. Obasanjo declaró que Nkunda "espera mucho del encuentro".

La víspera de la reunión, Obasanjo se había reunido en Kinshasa con el presidente Joseph Kabila. El enviado de la ONU recalcó que la "primera ronda de consultas en la región, después de la cumbre de Nairobi de la semana pasada sobre la crisis congoleña, se desarrolla bien". Obasanjo podría ir a Ruanda, país acusado por Kabila de apoyar la rebelión.

El optimismo de Obasanjo no es compartido por ciertos analistas que creen que los problemas de la RDC son tan profundos que la iniciativa de la ONU puede convertirse en un largo proceso. Los combates a gran escala entre los sublevados tutsis y los soldados congoleños se reemprendieron a finales del pasado agosto. Nkunda amenaza con derrocar al presidente Kabila y exige una negociación con él cara a cara. Kinshasa ha dado a entender que podría aceptar la presencia en la frontera con Ruanda de oficiales de inteligencia ruandeses para controlar a rebeldes hutus de ese país.

Pese a negarlo, no hay duda de que Paul Kagamé, presidente tutsi de Ruanda, apoya a la sublevación en el este de Congo. La justificación es que esos rebeldes hutus ruandeses, que en 1994 se refugiaron en la RDC (entonces Zaire) tras cometer el genocidio, siguen operando en la frontera con su país. Pero tiene otros objetivos: las riquezas del subsuelo congoleño, como el coltán, utilizado en telecomunicaciones.

Los recientes choques han provocado la huida de cientos de miles de civiles congoleños, que anteayer empezaron a recibir la primera ayuda masiva de comida, mientras remitían los combates. Diversas informaciones confirman el temor de que el conflicto se extienda a los países de la región, como en el 2003. Así, a la información según la cual se habían visto soldados angoleños junto a las tropas gubernamentales se añaden los testimonios sobre la presencia de soldados ruandeses en las filas rebeldes.

16-XI-08, red/agcs, lavanguardia