´Alba y los protocolos´, Enric Sierra

Dentro de un mes, Alba Caldas cumplirá ocho años. Casi la mitad de su corta vida se la ha pasado en hospitales después de que el compañero sentimental de su madre le propinara, supuestamente, una paliza que no fue mortal de milagro. Su madre está sentada en el banquillo acusada de no haber hecho nada por evitarlo. Pase lo que pase, Alba se ha quedado sin madre, si alguna vez la tuvo, y sólo tiene a Álvaro,su padre biológico, el de verdad, que puede visitarla una vez cada quince días durante dos horas y media como máximo. A su padre le dejan sacarla a pasear y aprovecha esos ratos para enseñarle de nuevo todo lo que ve.

No obstante, Álvarosigue sin tener la tutela de su hija. La Administración mantiene la custodia de la pequeña casi tres años después de la brutal agresión que recibió su hija. Se trata de la misma Administración que falló estrepitosamente y que pudo evitar la tragedia que vive la pequeña. Esa misma Administración que aplicó el discutible manual de que todo hombre es culpable mientras no demuestre lo contrario e imputó al padre biológico el maltrato a la menor, aunque Álvarose encontraba a más de 200 km de la niña cuando esta sufrió la paliza que le costó una fea fractura en un brazo. Cuando los médicos le dijeron a la madre que las heridas que tenía su hija no se debían a una caída, como había contado, se inventó una nueva versión y acusó a Álvarode la agresión. Las autoridades policiales y judiciales se creyeron esta versión, dictaron una orden de busca y captura del padre, lo detuvieron y permaneció tres días en un calabozo siendo inocente. Cuando Álvaroquedó en libertad sin cargos, le indicaron que no habían hecho más que aplicarle "el protocolo". Un protocolo que pisotea la presunción de inocencia.

Durante estos tres años de calvario, Alba ha podido coger la mano de su progenitor una vez se disiparon las infundadas sospechas que oficialmente vertieron sobre él. El padre de Alba me explica que la Generalitat le dará la custodia de su hija, pero aún debe esperar. El director general de Atenció a la Infància, Xavier Soley, informa de que el equipo que atiende a Alba está trabajando con el padre de la niña. Espero que también se esfuercen en que este hombre recupere la confianza en la Administración que no supo proteger a su hija y que lo encarceló sin motivo. Quizás en septiembre pueda llevársela acasa. Por si fuera antes, Álvaroya ha encontrado un centro especializado para su hija cerca de Ontiñena, donde vive. El padre de Alba declarará hoy, pero ha seguido en persona el juicio del caso desde que se inició el jueves. En estos días, su teléfono echa humo. Mientras suena la llamada, su móvil emite las conmovedoras notas de Amores que matan. Sin palabras.

15-XII-08, Enric Sierra, lavanguardia