´Pingüinos que ´entienden´´, Martina Klein

Cuatro suecas guapas fueron llevadas a Alemania y encerradas con seis alemanes homosexuales con la misión de seducirlos y curar su tendencia. Pero no hubo manera, las tres parejas gais lo tenían muy claro y rechazaron a las solícitas visitantes foráneas, a las que de nada les sirvió ser suecas y estar buenas. No es el argumento de una película de Alfredo Landa ni otra versión de Gran Hermano,sino una noticia del 2005 en la que he obviado un detalle: los y las protagonistas eran pingüinos (y pingüinas).

Sucedió en el zoo de Bremenhaven y desató la furia de los grupos de gais y lesbianas que defendían "el derecho de los animales a formar pareja sin la intervención del hombre", a lo que la directora, que no tenía ni idea de dónde se había metido, alegó que "el zoo no pretendía separar a la fuerza a nadie, sino intentar salvar una especie amenazada". La mujer se topó de bruces con ciertas leyes naturales, como que hay seres que nacen gais, y que los pingüinos son fieles a su pareja toda la vida. Otro detalle enternecedor que sacó a la luz esta noticia es el instinto paternal de estos pingüinos, que al ser incapaces de poner sus propios huevos, incubaban piedras.

Hace un par de meses aparecía otra noticia, esta vez en el zoo de Harbin (nordeste de China). Los protagonistas también eran una pareja de pingüinos homosexuales que, hartos de incubar piedras, urdieron un plan para robarles el huevo a otras parejas heterosexuales. Tantas veces reincidieron que les costó el rechazo por parte de su propia colonia, y la reclusión por el personal del zoo, ya que el vil plan de los padres frustrados ponía en riesgo a los polluelos. Con suerte esta pareja despierte la piedad de los responsables del zoológico y sean bendecidos con un huevo huérfano, tal como pasó en el 2004 en el neoyorquino zoo del Central

Park, donde nació Tango,la hija adoptiva de otra pareja de pingüinos gais. Tal historia inspiró un libro infantil, Tres con Tango (2006), durante dos años consecutivos el libro con más intentos de censura en Estados Unidos.

Si el gay nace o se hace hiere intensamente a ambos bandos: los que temen por sus principios morales y los que ven amenazados nada menos que sus derechos fundamentales. Estos últimos están movilizando un enorme revuelo en Italia con intención de censurar o sacar de concurso una de las canciones postulantes a favorita en el festival de Sanremo. La joya lírica se titula Luca era gay (pretérito imperfecto) y presenta la homosexualidad como una enfermedad con cura.

Aquellos que llaman enfermos a quienes tienen otra condición sexual deberían tener una pequeña charla con los pingüinos y a lo mejor eso los ayude a entender.

24-I-09, Martina Klein, lavanguardia