más de la mitad de los europeos no vota porque no sabe a quién

Faltan pocas semanas para las elecciones europeas y casi 100 millones de ciudadanos todavía no saben a quien votar. La confusión entre el electorado europeo es tan alta que más del 50% afirma que no acudirá a las urnas entre los próximos 23 y 26 de mayo, según una encuesta realizada por YouGov en 14 estados de la UE para el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés). El estudio de opinión revela que sólo un 35% de la población está segura de ir a votar, pero incluso entre este reducido grupo, el 70% todavía no se ha decidido por ningún partido. El informe muestra que el electorado europeo se encuentra en un “estado volátil en lugar de polarizado”, apunta Mark Leonard, director de este laboratorio de ideas.

El estudio desmonta varios mitos respecto a las preocupaciones que determinarán el voto en las próximas elecciones al Parlamento Europeo. El primero de ellos es que la política europea se está volviendo “tribal”, siguiendo la estela de la victoria de Trump y del Brexit. Es decir, que más allá de la clásica división entre derecha e izquierda, son las divisiones norte-sur, campo-ciudad, generacional, educacional o religiosa las que decantan el voto. Sin embargo, hay 97 millones de votantes indecisos. El juego electoral ha evolucionado y el votante europeo tiene un voto más “fluido”. “Los parámetros tradicionales en los que se decidían las elecciones se han difuminado y ha aparecido otro eje que es el vertical”, afirma Jose Ignacio Torreblanca, Director de la Oficina del ECFR en Madrid.

Ya no pesan tanto los factores sociodemográficos, sino problemas específicos que pueden hacer cambiar el voto en función del momento. Entre los encuestados que afirmaron estar decididos a acudir a la cita electoral, un 69% de los se consideraban proeuropeos se sentían tentados a cambiar de partido, mientras que en los euroescépticos esa cifra era del 58%.

Crece la volatilidad, y el trasvase de votos va en ambas direcciones. Votantes de partidos tradicionales están tentados a votar por formaciones antieuropeas, y votantes antisistema sopesan pasarse al voto convencional. Prueba de ello sería que el 41% de los votantes del PP valoran apoyar a VOX y el 31% de estos, a los populares.

Otro de los mitos que el estudio cuestiona es el de que estas elecciones serán una batalla entre pro y antieuropeos. Para el 75% de los encuestados su identidad europea es igual de importante que la nacional, por lo que no sienten que tengan ninguna necesidad de elegir entre una y otra. Ambas son complementarias. Curiosamente, este sentimiento es especialmente fuerte (por encima del 50%) en dos de los países que más se han enfrentado a Bruselas en los últimos tiempos, Hungría y Polonia. De hecho, incluso los partidos tradicionalmente más euroescépticos como el Frente Nacional, la Liga o el Movimiento Cinco Estrellas se han reposicionado en los últimos meses y ahora apuestan por reformar la UE en lugar de abandonarla.

Según se desprende del informe, para los europeos, Bruselas y su capital nacional forman ya parte de un mismo sistema de gobierno, por lo que la división principal del voto está entre los que piensan que ese sistema está roto y los que creen que el statu quo sigue funcionando. “Esto hace que surjan nuevas ofertas”, indica Torreblanca en referencia al auge de los nuevos partidos.

Según el informe del ECFR, esta disyuntiva divide a los electores entre los que creen que el sistema funciona tanto a nivel nacional como europeo. Esta franja de optimismo ocupa el 24% de los votantes, y están localizados principalmente en Alemana, Dinamarca y Suecia. Los que opinan lo contrario llegan al 38% y son particularmente representativos en Francia, Grecia e Italia. Aquellos que ven en Bruselas la cura a sus males nacionales suponen un 24% del total y son fácilmente identificables en Hungría, Rumanía, Polonia y España. Y finalmente, los que creen que sus países funcionan pero el problema lo tienen las instituciones europeas, que serían el 14% del electorado, están sobre todo en Dinamarca, Austria e Italia. “Casi las tres cuartas partes de los ciudadanos de la UE creen que o su sistema nacional está roto, que el sistema de la UE está roto, o que ambos lo están. Ahora temen al futuro más que al pasado, ya que dos tercios de los europeos suponen que sus hijos estarán peor que ellos”, comenta la analista principal del ECFR Susanne Dennison.

Tampoco sería cierto que la principal preocupación de los europeos sea la inmigración. Para la mayoría, la principal amenaza para Europa es el radicalismo islámico, un asunto más relativo a la seguridad que a la identidad y las fronteras. La inmigración sería el segundo tema de preocupación junto a la crisis económica.

Pero hay una segunda razón por la cual es poco probable que la inmigración funcione como impulsor clave de la participación en las elecciones de este año. No todos los encuestados se refieren a lo mismo cuando afirman sentirse preocupados. La investigación revela una significativa división entre los ciudadanos que se preocupan por la inmigración que llega a sus países y los angustiados por la disminución de la población nacional. Mientras que en el norte y el oeste de la Unión Europea los votantes se preocupan por la llegada de personas de otros países, en Grecia, Italia, España, Hungría, Polonia y Rumania están mucho más preocupados por la pérdida de ciudadanos. Esto lleva al llamativo hallazgo de que mayorías de dos dígitos en estos países estarían a favor de que sus gobiernos prohibieran a sus ciudadanos dejar el país por un largo periodo de tiempo.

La encuesta también identifica el auge de los nacionalismos, el cambio climático o Rusia como las otras principales preocupaciones de los votantes.

El informe concluye que la mayoría de los votantes europeos quieren un cambio, aunque no desde los extremos. “De nuestros datos, queda claro que el sectarismo político aún no se ha consolidado en toda Europa . En lugar de gravitar hacia los extremos, el electorado europeo está confundido, atrapado en un torbellino de caos caleidoscópico, moviéndose en todas direcciones, de derecha a izquierda, y de los populismos a la corriente principal”, explica Leonard. “Los resultados de las próximas elecciones europeas parecen estar completamente abiertos”, concluye el experto.

, Barcelona, 18/04/2019 - lavanguardia