> "La mejor política educativa del mundo (no, no es la española)", Timo Riiho <

Timo Riiho, catedrático; analiza la educación finlandesa, la mejor de Europa según la OCDE.
Tengo 61 años: un buen profesor es quien sabe aprender y cada vez disfruto más siéndolo. Nací en Kotka, Finlandia. Soy catedrático de Lenguas Iberoromàniques de la Universidad de Helsinki. A punto de ser abuelo. Soy luterano sin fervor. Ni de izquierdas ni de derechas: soy un liberal.

Los estudiantes finlandeses son los mejores de Europa en la evaluación PISA de la OCDE. Sus profesores, aun así, no están más muy pagados ni sus escuelas más muy equipadas. El profesor Riiho aventura una explicación: los finlandeses no hacen política con su educación –pública y gratuita– y exigen más titulación, idiomas y especialización que nosotros a los aspirantes a la docencia. Y cómo que le exigen mucho, el docente en Finlandia disfruta de mucho prestigio y reconocimiento social. El doctor Riiho viene a colaborar –y se paga el viaje– con la escuela Once de Septiembre de Santo Quirze, invitado por el profesor Joan Serrat i Rodea, que quiere aprender.

 

Por qué la educación finlandesa es la mejor de Europa?
Para empezar, porque mantenemos nuestra educación por encima del debate político partidista. En cambio, me sorprende y me irrita –porque estimo este país– como aquí, cada vez que gana el PP o el PSOE, quieren cambiar de arriba abajo el sistema educativo.
Otra muestra que nuestra democracia se ha degradado en partitocràcia.
Pues tendría que haber instituciones más allá de los partidos: consensuadas por todos y gestionadas por una sociedad civil activa, diversa y plural. La educación es demasiado importante para dejarla en las manos exclusivas de los políticos y tiene que tener un consenso a prueba de elecciones.

Ya me explicará como lo consiguen en Finlandia.
El primero que necesita un buen profesor es que los políticos lo dejen trabajar...

Un buen profesor y todo el mundo.
... Después, la buena educación es la que no deja nadie atrás. Nadie. En Finlandia, el 99,9 por ciento de la educación es pública y gratuita, pero pública no quiere decir burocrática: la sociedad civil se implica en su gestión. Está financiada a medias por el Estado y los ayuntamientos.

Con generosidad?
No más de la posible. De hecho, ahora mismo, como consecuencia de la crisis, es probable que aumente el número de alumnos por aula hasta cuarenta.

Supongo que los finlandeses pagan mejor que nosotros los profesores.
No es así. Los sueldos –los he comprobado– de los enseñantes en Finlandia no son superiores a los de los españoles. Son parecidos.

Entonces no es cuestión de sueldo.
No señor. El que sí que he observado es que en Finlandia los requisitos de acceso al profesorado son más exigentes que los suyos.

Explíquenos.
Para empezar, todos los profesores tienen que hablar perfectamente las dos lenguas del país: sueco y finlandés. Porque Finlandia es un Estado bilingüe, puesto que hay una minoría –el 6 por ciento– suecoparlant.

Usted habla sueco, también?
Naturalmente: soy funcionario. Además, tenemos que hablar inglés. Los maestros de primaria necesitan la licenciatura en Pedagogía y la mayoría completan otra licenciatura universitaria en una materia específica: Exactos, Física, Biología, Lingüística... Muchos obtienen el doctorado antes de empezar a enseñar y hay una considerable y muy útil proporción en el aula de especialistas en problemas del lenguaje y en trastornos del aprendizaje.

En que se nota toda esta exigencia?
Que no tenemos ni suspenso ni fracaso escolar tal como lo entienden ustedes. Cuando un niño se queda atrasado, el pedagogo es el mismo profesor y interviene.

Pero hay niños con menos aptitudes que otros... o quizás en Finlandia no?
He asistido a este debate otras veces. Los niños con menos capacidades, en principio, no se segregan, porque incluyéndolos con los otros mejoran y los mejores aprenden todavía más teniendo la oportunidad de ayudarlos.

Pero en Finlandia ustedes tienen pocos niños inmigrantes, oi...?
Sí, es así, porque para un extracomunitario es muy difícil conseguir permiso de residencia. Finlandia se ha distinguido históricamente en Europa por esta política.

... Y es más fácil ser solidario con quién es como tú.
Es la historia la que nos hace así. Durante 800 años nos dominaron los suecos; y después los rusos durante 100 años más. Por eso, la escuela finlandesa surge con la voluntad de recuperar la lengua nacional en el siglo XIX. Y no querría hablar mal de mi país...

Sólo se corrige el error que se admite.
... Pero le recordaré que las últimas elecciones legislativas las ha ganado un partido casi de extrema derecha que ha insistido a mantener la inmigración en mínimos. Así que ya ve que no todo es tan formidable.

Son un país pequeño y homogéneo.
Una vasta geografía para apenas algo más de cinco millones de habitantes. Pero es más bien la educación la que nos convierte en una nación homogénea, y no a la inversa.

Y la formación profesional es buena?
El que le puedo decir es que el sistema es muy flexible y permite compaginar con facilitado enseñanzas profesionales y académicos: el paso de un ciclo al otro es habitual.

Aunque sacamos peores notas que ustedes en PISA, nos envidia en algo?
Sin duda: aquí la familia es un factor de influencia beneficiosa mucho más grande que en Finlandia y ustedes socializan mejor sus niños y jóvenes. La familia finlandesa demasiado a menudo cree que la educación es competencia exclusiva de la escuela.

Y qué es el problema?
Que la educación no es exclusiva ni de la escuela ni de los profesores: todos nos tenemos que comprometer. Y aunque saquen buenas notas al Informe Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) de la OCDE, nuestros chicos, en general muy formados intelectualmente, no siempre son muy educados.

Usted habla un castellano excelente.
Y entiendo el catalán. No tiene mérito: soy catedrático de Lenguas Iberoromàniques. Aprendí el eusquera, además, por la hipótesis de afinidad con el finés, porque es un fósil viviente apasionante y complejo y porque es sustrato del castellano.

14-Y-12, Lluís Amiguet, lacontra/lavanguardia