"Televisión y servidumbre", Miguel Ángel Aguilar

Por primera vez, desde la invención del electrodoméstico, teníamos una ley promovida por el primer gobierno del socialista Zapatero que había terminado con la servidumbre impuesta por quienes se habían ido sucediendo en el poder. Una servidumbre vituperada por los partidos cuando estaban en la intemperie de la oposición pero en cuya instrumentalización se regocijaban entusiásticos tan pronto alcanzaban el mando. Esta alternancia perversa fue pulverizada con una norma legal de valor temerario, que suponía el desarme unilateral. Fue Zapatero quien la promovió y es obligado reconocérselo. Hubiéramos pensado que era una conquista democrática, de las que mejoran la calidad del sistema y adquieren carácter irreversible. Pero Rajoy ha emprendido impasible la senda contraria, la de devolver a RTVE la condición de cenicienta empleada en el servicio doméstico del Gobierno. Han sido apenas seis años de RTVE liberada que ahora se interrumpen. De nuevo todo el poder en RTVE queda residenciado en quienes tengan la mitad más uno de los diputados del Congreso. Es la vuelta a un camino de servidumbre, señalizado por el designio de la mera subordinación a las conveniencias del Gobierno. Un regreso que supone el abandono de la información libre, la que es capaz de brindar esclarecimientos al ciudadano, la que suministra el agua potable imprescindible de la que se carece en medio de las inundaciones noticiosas. En adelante, la preferencia volverá a ser tergiversar la realidad y dedicarse al deporte de manipular para alterar cuanto haga falta las percepciones del público y favorecer su docilidad al poder.

El Gobierno ya tiene presidente para RTVE, es Leopoldo González Echenique, está en los 43 años y es abogado del Estado. Ajeno al periodismo pero afín a las nuevas tecnologías. Los amigos de CiU tienen decidido acompañar al PP en este nuevo asalto. Los socialistas, por una vez, preferirían quedarse fuera antes que entrar en el reparto del botín, como hicieron en Bankia. La mayoría sobrada del PP en el Congreso según como se use puede dejar al Gobierno en una soledad que desde el orgullo se encamine hacia la desolación. La vuelta a la RTVE de la manipulación que unos creen un error es vista por otros como una necesidad de acompañamiento al programa pepero.

5-VI-12, M.Á. Aguilar, lavanguardia